lunes, 13 de diciembre de 2010

El diccionario del diablo define: Amigo




Amigo: investigador en el portaobjetos de cuyo microscopio vivimos, nos movemos y somos.

 

Fuente: "El Diccionario del diablo".  Ambrose Bierce. Ed Galaxia Gutemberg. ISBN: 84-8109-359-9
Imagen: Dosis diarias (Alberto Montt)

viernes, 10 de diciembre de 2010

¿Fue James Clerk Maxwell lo que calificaríamos ahora como un "nerd"?

Que conste, y lo digo al principio de este artículo, que no me gustan nada ciertos estereotipos; los veo como injustos, crueles, la mayoría de las veces y siempre innecesarios, y creo que son fruto de mentes miserables que anteponen la asociación fácil al esfuerzo de empatizar o pensar, aunque sea sólo mínimamente, en lo que están diciendo o a quién están señalando. No soy una persona a la que le guste prejuzgar o etiquetar, al menos suelo hacer el esfuerzo de intentarlo, y la experiencia me ha confirmado que casi siempre las primeras impresiones son precisamente eso, las primeras, luego vienen las demás. De hecho, uno de mis lemas preferidos, que a veces me repito en plan mantra, es una famosa cita de Soren Kierkegaard que dice así: "Si me etiquetas, me niegas". También suelo hacer caso al subtítulo de este blog y tomar cierta perspectiva de las cosas y de las situaciones.


Hay un tipo de esterotipo, en el ámbito de la ciencia, que nos muestra a los científicos  como unos locos despistados, con gafas de culo de vaso, inadaptados sociales, nulos deportistas, que no se comen un rosco ni en Reyes y que visten como si estuvieran amortajados. Lo que se conoce popularmente como nerd, un término anglosajón surgido en los años 70 y que podríamos traducir como empollón, cerebrito o también como bicho raro. Hay muchos ejemplos: Jerry Lewis en "El profesor chiflado", Flippy del programa El Hormiguero, Sheldon Cooper de la exitosa y divertida serie "The Big Bang Theory". Serán divertidos -no en el segundo de los casos que he citado- pero a mi juicio causan más daño que beneficio.

Pensemos un momento en científicos o divulgadores reales...¿Quién nos viene a la mente?..., bueno sí, Einstein quizá vistiera siempre igual o mostrara un look digamos peculiar, pero por cada uno que buscáramos como pieza que encaje dentro del estereotipo seguro que seríamos capaces de contrarrestar con otro totalmente opuesto. Si me preguntas por Einstein y su look, contrarestaría, por ejemplo con el elegante Richard Feynman. Si pensamos en algún científico misógino -no diré nombres- pues la mejor réplica conocida es un todo un figura como Erwin Schrödinger, de quién se dice que era un mujeriego empedernido, tuvo dos esposas y varias amantes a la vez... Y si hablamos de inadaptación social y nos viene a la cabeza, por ejemplo, Isaac Newton, quién mejor que Bertrand Russell o Linus Pauling como ejemplos de todo lo contrario. Podríamos estar todo el día dando nombres. Y seguir con otros muchos ejemplos más cercanos a nosotros: conocidos en la universidad o centros de investigación, etc.


El gran Carl Sagan, otro ejemplo de que el esterotipo nerd no es para nada real, trató este tema en el capítulo 23 de su maravilloso libro El mundo y sus demonios. Y lo hizo para introducirnos en la figura de uno de los físicos más importantes de la historia: James Clerk Mawell.

No cabe duda alguna de que el escocés James C. Maxwell fue una de las mentes más lúcidas de la física que hayan existido. Sus logros en electrodinámica y en la teoría cinética de los gases marcaron un punto de inflexión en la historia de la ciencia. En su conocida obra publicada en 1865 "A Dynamical Theory of the Electromagnetic Field" desarrolló su revolucionaria teoría general de los campos electromagnéticos unificando el electromagnetismo con la óptica. Pero Maxwell fue más allá e incluso realizó importantes avances en astronomía, demostrando la naturaleza de los anillos de Saturno o refutando la teoría nebular sobre la formación del sistema solar. Un genio indiscutible, pero dicen sus biógrafos que algo "rarito".



Maxwell procedía de los Clerk, una tradicional familia de la aristocracia escocesa, un linaje que remontaba su influencia en la sociedad británica desde hacía más de dos siglos. La trayectoria educativa de Maxwell comienza en Glenlair (la hacienda de su padre) de donde pasó a la Academia de Edimburgo y posteriormente a la Universidad de esa ciudad. Maxwell brillaba por poseer una cultura renacentista, destacando especialmente en ciencias y en matemáticas. A la edad de catorce años publicó su primer ensayo matemático, un método para dibujar curvas ovaladas con ecuaciones de grado superior a las de las elipses, utilizando lápiz, cuerda y dos alfileres.

El joven Maxwell era irónico, poco dado a la risa fácil, y solía expresarse en público empleando hipérboles. No ocultaba su acento provinciano y no era alguien preocupado por vestir a la moda, de hecho vestía buscando la comodidad y no se preocupaba de su aspecto. En la escuela le llamaban "Dafty", un término coloquial que deriva de daft, chiflado o loco en inglés. Es conocida su autoría de un estudio que pretendía resolver la siguiente cuestión: "¿Por qué un gato siempre cae de pie, incluso cuando se le da la vuelta y se suelta desde una altura de dos pulgadas?". He intentado encontrar ese peculiar estudio, pero no lo he conseguido, al menos no está accesible en internet. Lo que está claro es que Maxwell era una mente excepcional y no se preocupaba más que de su pasión: la ciencia y el conocimiento, descuidando otros aspectos de su vida.


Como señala Sagan en El mundo y sus demonios:

"Muchos años después, en 1872, en su conferencia inaugural como profesor de física experimental de la Universidad de Cambridge, aludió al estereotipo de científico nerd «bicho raro»:
 No hace tanto tiempo que se consideraba necesariamente al hombre que se dedicaba a la geometría, o a cualquier ciencia que requiriese una dedicación continua, como un misántropo que ha tenido que abandonar todos los intereses humanos para entregarse a abstracciones tan alejadas del mundo de la vida y la acción que se ha vuelto insensible a las atracciones del placer y a las exigencias de la obligación.
Sospecho que «no hace tanto tiempo» era la manera de Maxwell de recordar las experiencias de su juventud. A continuación decía:
En el día de hoy no se contempla a los científicos con el mismo temor respetuoso o la misma sospecha. Se considera que están de acuerdo con el espíritu material de la época y que forman una especie de partido radical avanzado entre los hombres cultos.
Toda una declaración de intenciones y un duro golpe al estereotipo. 
Así era Maxwell, sin duda un gran personaje de la física, al que siempre recordaremos por sus elegantes ecuaciones...



Si tienes una camiseta como ésta (o te gustaría tenerla) ...por favor, haz que te lo miren. Es grave.

Referencias:
El Mundo y sus demonios. Carl Sagan
http://www.uncachodeciencia.org/wp-content/uploads/jcmaxwell.pdf


Imágenes:
http://www.nytimes.com/imagepages/2004/10/12/movies/12dvd.ready.html
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/a/ac/YoungJamesClerkMaxwell.jpg

NOTA: Esta entrada es la contribución de EPAP a la XIV edición del Carnaval de la Física, que en esta ocasión organiza el blog  Las Historias Eulerianas, un espacio creado por Eulez, el amigo nerd (físico, dibujante, ciclista, ...) y uno de los perpetradores de la revista Quanto. Cachis, he vuelto a estereotipar a alguien :-P

martes, 7 de diciembre de 2010

Todas las galaxias conocidas en un minuto y medio

Vía Amazings.es (@Irreductible) he conocido esta maravilla de vídeo, en donde en apenas un minuto y medio podemos dar un vertiginoso paseo en 3D por todas las galaxias que conocemos en la actualidad.



Enlace original: aquí

sábado, 4 de diciembre de 2010

¿Por qué las reinas son distintas de las plebeyas?

Me estoy refiriendo a las abejas. :-)

Francis (th) Emule Science News, compañero colaborador de Amazings.es y autor de uno de los blogs más interesantes sobre ciencia de los que circulan la red, nos dejó ayer un excelente artículo sobre la abeja obrera y  abeja reina en relación a su diferencia epigenética.

El término epigenética (del griego epi, en o sobre, y -genética) ha evolucionado para incluir en su definición a cualquier proceso que altere la actividad de los genes sin cambiar la secuencia del ADN y que conduce a modificaciones que incluso pueden transmitirse a células hijas (algunos experimentos muestran que los cambios epigenéticos pueden ser incluso reversibles).

En el caso de las abejas, el artículo The Honey Bee Epigenomes: Differential Methylation of Brain DNA in Queens and Workers publicado por PLoS Biology el mes pasdo nos sugiere que la diferencia -por ejemplo, en la capacidad de reproducción- entre la abeja reina y la abeja obrera (ambas con idéntico genoma) es de de tipo epigenético. 550 genes en el genoma de las abejas obreras están metilados, lo que afecta a la expresión génica (transcripción ADN -->ARN) de dichos genes. Al menos es la apuesta de los autores como causa de la diferenciación entre ambas. Esperaremos.
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Si alguien quiere profundizar sobre el futuro y las implicaciones de la epigenética, dejo a continuación un vídeo de Redes -que por cierto, me encantó- en donde superPunset entrevista a Manel Esteller, un referente sobre esta disciplina que trabaja en nuestro país. Imprescindible.




Más información:
http://francisthemulenews.wordpress.com/2010/12/03/la-diferencia-epigenetica-entre-una-abeja-y-una-abeja-reina/http://francisthemulenews.wordpress.com/2010/12/03/la-diferencia-epigenetica-entre-una-abeja-y-una-abeja-reina/
Imagen de la reina:
http://www.sodahead.com/fun/the-royal-queen-bee-is-fast-approacing-5000-raves/blog-62325/?page=7

miércoles, 1 de diciembre de 2010

El cubata fluorescente

Una de las secciones con más "éxito" de este blog es la que bauticé  -acertada o desgraciadamente- como Curio-Tox, una sección que recoge diversas curiosidades relacionadas con algunos agentes químicos de especial o relevante toxicidad. Lo de "éxito" lo entrecomillo claramente ya que como siempre digo, y bien sabéis e insisto, EPAP es un blog sin más aspiraciones que el uso y disfrute personal del que lo escribe. Sin más. No hay beneficio económico o de algún otro tipo de por medio -ni lo busco-, salvo dejar un pequeño referente o legado a "los que vienen detrás". Y sinceramente, para mí el mejor logro en el momento presente es que alguien lea lo que escribo, y si encima le gusta, mejor que mejor.


Gracias a todos los que habéis pasado por el blog, y en particular a los que han comentado en alguna ocasión algún post. Si os conociera en persona os invitaría a un gin tonic, o a una tónica con limón (para los abstemios) pero se quedará en una invitación virtual...salvo para los conocidos que me lo pidan, claro.


¿Y por qué un gin tonic o mejor aún una refrescante tónica? Pues porque va a ser nuestro protagonista de hoy, no precisamente por la acción del alcohol como tóxico -me lo reservo para otro día- sino por la presencia de la quinina en su composición. Todos hemos leído en las etiquetas de las botellas, botellines o latas de tónica aquello de "Contiene quinina". Pero ¿Qué es la quinina?

La quinina (también llamada chinchona) es un alcaloide extraído de la corteza del árbol de la quina o quino o más correctamente Cinchona pubescens, un árbol bastante frecuente normalmente en países de clima tropical. Se ha venido utilizado durante muchos años como un agente para combatir la malaria

Aunque no cura la enfermedad, era un tratamiento sintomático bastante efectivo que aplacaba los terrible escalofríos y fiebres producidos por la malaria.


La quinina es tóxica, aunque a las dosis en las que se añade a la tónica como aroma (máximo 80 ppm) no presenta aparentemente ningún problema. Tranquilidad absoluta para los amantes del gin tonic, antes caerás tumbado que intoxicado por quinina. Y respecto a los que toman su tónica con su limoncito a secas... ¿Cuántos litros de esta amarga bebida eres capaz de ingerir? Tampoco es fácil abusar de ella.

Pero sí, las intoxicaciones con quinina existen y se producen con frecuencia en el ámbito de un uso -no autorizado, por supuesto- como abortivo. Se conocen sus efectos a través de la "sabiduría popular" y se han descrito casos de embarazadas que han recurrido a la ingesta de grandes dosis de quinina con el fin de inducir un aborto. La qunina atraviesa la barrera placentaria y se estima que su absorción por vía digestiva representa un 90% de la dosis ingerida. La acción tóxica la ejerce sobre todos los grupos musculares del cuerpo, en los que reduce considerablemente la respuesta convulsiva, la excitabilidad de la placa neuromuscular y la distribución de calcio en el músculo. Tiene otros efectos de tipo cardíaco, llegando a producir un bloqueo aurículoventricular, y también un efecto de hipoglucemia sintomática. El tratamiento de las intoxicaciones por quinina es similar al empleado en otros alcaloides, uso de neutralizantes (tanino y lugol), tratamiento antagonista, lavado gástrico, etc.



A estas alturas, y aburrido de tantos efectos, al fin y al cabo no es una intoxicación muy frecuente, te estarás preguntando por el título del post de hoy. ¿Cubata fluorescente? Pues sí.
 

Pregunta: ¿Alguna vez, en algún garito de esos tan cutres que se caracterizan por tener una iluminación fluorescente -normalmente de luz  ultravioleta- has observado este efecto visual tan curioso?



Seguro que muchas veces.
Una peculiar característica de la quinina es que es un compuesto muy  fluorescente, especialmente en disoluciones ácidas o ligeramente ácidas, como puede ser la tónica.
La fluorescencia es una fotoluminiscencia que se extingue al cesar la radiación que la provoca, al contrario que la fosforecencia en donde la fotoluminiscencia permanece algún tiempo.
 
Es lo que observamos si sometemos a nuestro cubata de gin tonic o a nuestra tónica (que contiene unas 50 ppm de quinina) a la acción de la luz ultravioleta. En nuestro caso la quinina disuelta emite luz visible al absorber radiación de una longitud de onda menor (ultravioleta). La diferencia entre la energía que se absorbe -del fotón ultravioleta- y la emitida -del fotón visible- se disipa en forma de calor. Si el proceso es rápido hablamos de fluorescencia y si es lento de fosforescencia. 

En resumen, la quinina (contenida en nuestro cubata o en la tónica) absorbe la luz ultravioleta y emite una luz azulada que es esa luz tan característica que vemos.
Esa intensidad de emisión de fluorescencia observable en la disolución es directamente proporcional a la concentración de quinina, siempre y cuando mantengamos constantes factores como la intensidad de la fuente de excitación, por ejemplo.
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Para los que aún estáis en activo y os tomáis los cubatas en los bares o discotecas o donde se tomen ahora, si hay luz ultravioleta de por medio, ya tenéis un buen tema de conversación; o bueno, quién sabe, se puede usar un poco de ciencia para ligar. Yo no lo aconsejo, la verdad... Te arriesgas a que tu presa huya despavorid@. Yo lo haría.   :-)




Más información:
http://toxnet.nlm.nih.gov/
http://www.nutricion.org/publicaciones/revistas/NutrClinDietHosp08%2828%292_20_25.pdf
Libro: "Medicina Legal y Toxicología Forense". Gisbert Calabuich. Editorial Masson 7ª edición



Imágenes:
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Quinine-2D-skeletal.png
http://www.instructables.com/id/Fluorescing-gin-tonic/
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Tonic_water_uv.jpg