[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]
Talos en la película Jasón y los Argonautas (1963) |
En la Creta minoica, Talos era un colosal gigante de bronce que protegía a la isla de los invasores extranjeros. Fue uno de los regalos de Zeus a Europa como muestra de su amor tras su rapto. Surgido de la fragua de Hefesto, el autómata Talos daba la vuelta a la ínsula de Creta tres veces al día para ahuyentar a los moradores y evitar que los habitantes de la isla salieran sin permiso. Cuando veía acercarse un barco con intenciones sospechosas le lanzaba enormes piedras y llegaba a volverse incandescente introduciendo una hoguera en su pecho metálico. Una hoguera en la que acababan abrasados aquellos a quienes capturaba.
Pero tal ostentación de fuerza y de poder invencible escondía una debilidad. Talos era vulnerable en un punto de una de sus piernas de bronce, en concreto en la salida de una vena -que recorría desde su cuello a uno de sus pies- y que tenía tapada con un clavo a la altura del tobillo. Para que Jasón y los Argonautas pudieran entrar en Creta, la hechicera Medea convenció a Talos con la promesa de ganar la inmortalidad de que debería quitarse el clavo de su tobillo. Embriagado por las pócimas de la bruja, Talos retiró el clavo que tapaba su vena y murió tras perder el icor, la sangre de los dioses con la que Hefesto lo había rellenado al construirlo. Una historia cuyo final nos recuerda a la del héroe Aquiles y su talón.
Mononosacáridos artificiales y un dinosaurio
En Bioquímica, la talosa es un monosacárido (carbohidrato sencillo que no puede dividirse por hidrólisis) de seis átomos de carbono que contiene un grupo aldehído. Es lo que se conoce como aldosa y en concreto aldohexosa. La talosa es soluble en agua y entre sus pocos usos destaca como reactivo para identificar y caracterizar una enzima de la bacteria anaerobia Clostridium thermocellum. La talosa no se encuentra como tal en la naturaleza sino que se obtiene tras un proceso de síntesis química. Quizá por esto se nombrara como el artificial autómata Talos, aunque es un dato que podemos leer en muchos sitios pero no está totalmente confirmado.
D-Talosa |
Con el nombre de Talos se conoce también a un género extinto de dinosaurios terópodos del Cretácico. Su tamaño era de unos dos metros de largo y pesaban menos de 50 kilogramos. El único espécimen conocido hasta la fecha fue encontrado en el año 2008 por el equipo del geólogo y palentólogo Michael Knell en la meseta de Kaiparowits de Utah (EEUU).
Recreación de Talos sampsoni | Fuente |
La elección del nombre de Talos sampsoni es muy curiosa y esconde una sorpresa. De esta manera lo contaba el equipo descubridor en un artículo científico publicado en la revista científica PLOS Biology (la traducción es mía):
«Talos (griego), se refiere al mítico protector de Creta, a menudo representado como alado, que sucumbió a una herida en el tobillo. El nombre también es un juego de palabras con 'talon', que significa garra agudamente enganchada en inglés. El epíteto específico honra a Scott D. Sampson, artífice del Proyecto de la Cuenca de Kaiparowits»
Y aquí viene la sorpresa. ¿Quién es Scott D. Sampson? ¿Os suena? Seguro que algunos de vosotros, y sobre todo los que tenéis niños pequeños, recordáis la serie de dibujos animados Dinotren (Dinosaur train) que Clan TV emitió hace unos años. Exacto, es el mismo Doctor Scott que aparecía siempre al final dando una explicación o aclaración de algunos de los conceptos tratados en el capítulo.
El Dr. Scott rodeado de los protagonistas de la genial serie Dinotren |
Scott Donald Sampson (1961) es un popular paleontólogo canadiense que dedica parte de su tiempo a la divulgación científica. En la actualidad es el presidente de Science Word, un importante complejo museístico de ciencia situado en su Vancouver natal.
Como científico, Scott es experto en dinosaurios terópodos carnívoros del Periodo Cretácico Superior y ha sido codescubridor de los Manjungasaurus y los Masiakasaurus, ambos encontrados en la isla de Madagascar. Como curiosidad, destacar que una especie tipo de este último se nombró como Masiakasaurus knopleri en homenaje al gran Mark Knopfler, cuya música acompañó al equipo de paleontólogos durante las excavaciones.
No se me ocurre mejor manera de terminar que con la delicia del ¡Tengo una hipótesis! de la serie Dinotren. Inolvidable. :)
NOTA: Esta entrada participa en la LXIX Edición del Carnaval de Química alojado en el recomendable blog Destilando Ciencia de @adancoal, resucitador del Carnaval ;)
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ResponderEliminarYour style is very unique compared to other people I’ve read stuff from.
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