domingo, 26 de junio de 2016

La influencia de la mitología en la ciencia (31ª Parte): Tique

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]

Tique de Antioquía | Fuente

Tique (o Tyche en latín) era la diosa griega de la fortuna y el destino que solía aparecer representada en los muros de muchas ciudades de la Grecia antigua. Es el equivalente a la diosa Fortuna de la mitología romana. Era una de las tres mil oceánices, hijas del titán Océano y la titánide Tetis, de las que solo se conoce el nombre de 41 de ellas, las más antiguas, según la Teogonía de Hesíodo. 

Acompañada del dios Pluto, Tique decidía de forma aleatoria el destino de cualquier mortal. Se la suele representar coronada y jugando con una pelota, de forma distraida, como símbolo de la inseguridad de sus decisiones. De esta forma, su gesto servía como advertencia para que ningún ciudadano ostentara de sus bienes y riquezas ni dejara nunca de agradecer su buena suerte a los dioses, algo que podía provocar la aparición de Némesis, la cruel hermana de Tique, que actuaba para imponer su justicia y venganza.

Tique nunca fue objeto de culto ni tuvo una historia propia como la que sí tenían la mayoría de los dioses y diosas mitológicos, aunque esto no impidió que apareciera en muchas monedas griegas de los tres siglos anteriores a nuestra era. 

El asteroide 258 y un planeta hipotético

Aunque hay un árbol en Chile que se llama Tique (Aextoxicon punctatun) y la palabra «tique» es un vale o recibo de un servicio o boleto que puede estar relacionado con los juegos de azar, ambos términos no se derivan de nuestra protagonista de hoy. En el caso del «tique», su origen etimológico viene del inglés ticket procedente del francés antiguo estiquet y que en castellano adoptamos como etiqueta.

El 4 de mayo de 1886, el cazador de asteroides alemán Karl Theodor Robert Luther (1822-1900) descubrió un nuevo objeto relativamente grande orbitando muy cerca de la familia de Eunomia, el conjunto de cuerpos más importantes del cinturón de asteroides, al que bautizó con el nombre de la diosa griega.

Modelo tridimensional del asteroide Tyche obtenido
a partir de su curva de luz | Fuente 

(258) Tyche tiene un diámetro de 64 kilómetros, tarda 1545 días en completar una órbita alrededor del Sol y su distancia a nuestro astro rey varía entre las 2 y las 3 UA (unidad astronómica) aproximadamente.


En 1999, los astrofísicos John Matese, Patrick Whitman y Daniel Whitmire de la universidad de Louisiana propusieron la existencia de un desconocido planeta al que llamaron Tyche, como contrapunto a una conocida hipótesis anterior que afirma que el Sol tiene una compañera «muerta», Némesis, que explicaría ciertos aspecto sobre el efecto gravitatorio de la afluencia de los cometas por el Sistema Solar interior. El hipotético nuevo mundo estaría situado en la nube de Oort y se trataría de un gigante gaseoso cuatro veces más grande que Júpiter. 

Representación artística de Tyche en el cinturón
de asteroides |Fuente

Para poder confirmar la existencia de Tyche se necesitaban los datos del telescopio WISE, lanzado en 2009 para «escanear» el cielo en longitudes de onda del infrarrojo. Pero finalmente el 7 de marzo de 2014 la NASA descartó en un comunicado la hipótesis de Matese, Whitman y Whitmire. Nos quedamos sin la diosa de la fortuna aunque puede que se rescate su nombre si se confirma la existencia del Planeta Nueve. Quién sabe.

sábado, 25 de junio de 2016

La influencia de la mitología en la ciencia (30ª Parte): Eón

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Mosaico romano de comienzos del siglo III con Eón acompañado de
Tellus y cuatro niños que representan las estaciones. | Fuente

En la mitología fenicia, el Soplo primitivo y la Noche dieron a luz a Eón, el dios del tiempo eterno. Los romanos lo adoptaron para su mitología y se suele confundir con Cronos (Saturno), hijo de Urano y Gea, y padre de Zeus. Solía aparecer representado en forma de joven semidesnudo en el interior de un círculo zodiacal y acompañado por Tellus, la diosa romana de la Tierra.

Eón era una deidad distinta que se contrapone al titán griego del tiempo puesto que representa la eternidad sin inicio ni final mientras que Cronos era el dios del tiempo humano, el de las estaciones, calendario y cosechas. En todo caso sí que se correspondería con el Crono primigenio (Chronos), la personificación griega del tiempo con sus tres cabezas: de león, toro y hombre. 

Las divisiones del tiempo y los universos cíclicos

En geología y paleontología se conoce como éon a cada una de las divisiones de tiempo de la historia de la Tierra. La IUGS reconoce en su cuadro estratigráfico internacional varios eones: Fanerozoico, Proteozoico, Arcaico y Hádico. Los tres últimos se agrupan a su vez en el supereón Precámbrico.


Reloj geológico (Clic para ampliar) | Fuente

En ocasiones hemos leído o escuchado que un eón equivale a mil millones de años, pero en realidad esta idea -que surgió en 1957- no se aceptó como unidad de medida y en la actualidad se suele emplear como una cantidad muy grande de tiempo pero arbitraria e indefinida.


El polémico físico británico Roger Penrose publicó en 2010 en la revista arXiv un artículo titulado Concentric circles in WMAP data may provide evidence of violent pre-Big-Bang activity, donde afirmaba que los datos de la radiación de fondo de microondas obtenidos por el satélite WMAP demostraban la validez de un modelo de universo cíclico donde el tiempo y el espacio no comenzaron a existir en el Big Bang y nuestro universo existe en un ciclo continuo eterno de creaciones y extinciones.



En el modelo cosmológico de Penrose, denominado CCC (Conformal Cyclic Cosmology) cada etapa o rebote recibe el nombre de «eón»... Muy bonito y evocador pero altamente especulativo, y de momento, sin evidencia.


miércoles, 22 de junio de 2016

Entrevista a Luis Oro [Vídeo + Podcast]

«Sin química viviríamos en la prehistoria. Nuestra calidad de vida está asociada a la química»

Con la frase anterior comienza esta interesante entrevista al químico aragonés Luis Oro, uno de nuestros más destacados científicos vivos, realizada recientemente en la Fundación Juan March y titulada Las fronteras del conocimiento.

Me ha gustado especialmente todo lo que cuenta sobre sus vivencias de estudiante y en particular su lúcida visión de la financiación de la ciencia, los rankings de las universidades y el estado de la investigación química en España. Merece la pena escuchar a un grande como Luis. Os dejo vídeo y podcast, para que no tengáis excusa ;-)

VÍDEO



PODCAST

http://www.march.es/conferencias/anteriores/voz.aspx?p1=100642&l=1


NOTA: Esta entrada participa en la LVIII Edición del Carnaval de Química acogido en el blog Pero eso es otra historia... de la siempre genial Dolores Bueno.




miércoles, 15 de junio de 2016

El pasado era una mierda, por Toni Cantó (Yuri) [Charla TEDx]

«Cualquiera tiempo pasado fue mejor», que decía Jorge Manrique en su conocida Coplas por la muerte de su padre. Pues no, no es así, y de hecho por decirlo de forma más castiza, el pasado era una mierda.

El gran Toni Cantó (aka Yuri de La pizarra de Yuri) y buen amigo, nos desmonta con datos, datos y más datos esta absurda falacia sobre un pasado idílico que se ha convertido en una moda asociada a otras como el «sin química» o la obsesión por lo «natural». Y lo hace de forma magistral con su estilo, su contundencia y su sensibilidad. No os perdáis el mensaje final. A disfrutar: 



¡Gracias, maestro! :-)

Fuentehttp://www.lapizarradeyuri.com/2016/06/10/tedx-malagueta-el-pasado-sigue-siendo-una-mierda/