Eris (pintura ateniense, c. 575-525 a. C.) | Wikipedia |
Eris o Éride era la hermosa diosa de la discordia en la mitología griega. En la mitología romana su equivalencia era la diosa Discordia. Y sus opuestas eran Harmonía o Concordia, según estuviéramos en Grecia o Roma.
La historia de Eris está asociada a la guerra de Troya puesto que fue la responsable de los acontecimientos que llevaron al rapto de Helena por Paris. Años atrás, Eris asistió a la boda de Peleo y la nereida Tetis, los padres de Aquiles, que se celebró en la cueva de Quirón, en el monte Pelión. Fue una boda maravillosa y por todo lo alto a la que estaban invitados casi todos los dioses del Olimpo, al menos los más glamourosos. Todos menos Eris, que ante el agravio, se presentó sin estar invitada con el fin de liarla parda.
En pleno banquete de boda, y al igual que se hace en la actualidad con el ramo de flores, Eris lanzó a las invitadas una manzana de oro con la inscripción «Para la más bella». La pelea quedó entre las diosas Hera, Atenea y Afrodita. Todas querían ser las más guapas y se creían merecedoras de poseer la manzana de Eris, la manzana de la discordia.
Se crearon tres bandos que discutieron acaloradamente sobre la belleza de una u otra, hasta que un hastiado Zeus pensó en llamar a alguien imparcial, por ejemplo un mortal, para que pusiera orden y actuara como juez. El elegido fue el príncipe Paris, hijo de Príamo y Hécuba, los reyes de Troya. Y el encargado de darle la buena nueva al cándido Paris fue Hermes (Mercurio), el mensajero de los dioses, que en esta ocasión fue acompañado de las tres bellas diosas en disputa.
Paris vio venir la catástrofe, ya que eligiera a quien eligiera y dentro de la dificultad de la belleza de las tres, se buscaría problemas con los fans de las perdedoras. Unos fans que incluían dioses y demonios del inframundo. Era una decisión muy difícil y se dispuso a escuchar propuestas o promesas no muy legales, por decirlo de alguna forma. Las tres diosas en su desesperación sedujeron a Paris con darle algo a cambio de ser elegidas. Hera le prometió riqueza y poder, Atenea el don de la sabiduría y la prudencia, y Afrodita le ofreció el poder para seducir a Helena de Esparta, la que estaba considerada como mujer más bella y hermosa de la Tierra.
La elección fue rápida y clara para Paris -recordad que era un mortal y los mortales somos así- y dictaminó que la manzana de oro de Eris la merecía Afrodita. Las despreciadas diosas Hera y Atenea prometieron venganza y destrucción. Después vino lo que ya conocemos aunque sea por el cine, el rapto de Helena y la guerra de Troya.
El mayor de los enanos, arañas y una simulación galáctica
Fijaos bien en la punta de la flecha. Muestra el movimiento de Eris en las imágenes de su descubrimiento durante un periodo de 3 horas |
En 2005 los astrónomos Michael Brown, Chad Trujillo, David L. Rabinowitz y su equipo, anunciaron el descubrimiento de un nuevo planeta, más grande incluso que Plutón -o eso se creía-, a partir de unas imágenes tomadas un par de años antes en el Observatorio del Monte Palomar con el telescopio Samuel Oschin.
La historia de Eris, al que se le nombró en un principio y de forma provisional como 2003 UB2013, es de lo más curiosa. El anuncio de su descubrimiento acaparó portadas de prensa e incluso se habló de considerarlo como el décimo planeta del Sistema Solar. Sí, el décimo, porque en aquel momento nuestro siempre querido Plutón, y más aún después de las fotos de este verano, era el noveno planeta. La comparación, por no decir competición entre 2003 UB2013 (Eris) y Plutón acabó en un from lost to the river en donde ambos objetos acabaron fuera del Olimpo de los planetas y terminaron con el calificativo de «enanos». Con una polémica en el mundo de la astronomía, que todavía continúa, finalmente la IAU estableció en 2006 la definición oficial de planeta bajo estas tres condiciones que deben cumplirse en su totalidad:
1. El objeto debe estar en órbita alrededor del Sol.
2. El objeto debe ser lo bastante masivo como para que su gravedad lo haya redondeado.
3. El objeto debe haber limpiado la vecindad de su órbita.Ni Plutón ni el nuevo planeta cumplían el tercer requisito. El nuevo planeta estuvo a punto de llamarse Xena, como la serie de tv, pero al final se impuso el de nuestra protagonista de hoy. Algo que tiene hasta cierta lógica tras el culebrón, que todavía colea, sobre la clasificación de los planetas.
Las carcajadas de Eris, la diosa de la discordia, se escucharon más allá del cinturón de Kuiper... O eso dicen.
Actualmente podemos asegurar que Eris es el más masivo de los planetas enanos conocidos, su superficie es muy brillante y blanca, puede que no tenga atmósfera y no se descarta que haya agua en su interior. Tiene un pequeño satélite que se llama Disnomia, demonio del desorden cívil y la legalidad e hija de Eris.
«Salticidae Eris sp» de Bruce Marlin |
Y por último Eris es el nombre de una simulación por ordenador sobre la formación de la Vía Láctea, nuestra galaxia, realizada por astrofísicos del Instituto de Física Teórica de la universidad de Zúrich. Podemos ver el resultado en este vídeo: