sábado, 21 de noviembre de 2015

Edward Elgar, el compositor aficionado a la química que estuvo a punto de volar su casa

Elgar practicando su hobby | Fuente

Pese a no tener una formación académica reglada en ciencias, el famoso compositor inglés Edward Elgar (1857-1934) fue un gran aficionado a la química. 

Elgar nació el 2 de junio de 1857 en la aldea de Broadheath, muy cerca de Worcester (Inglaterra) y está considerado como uno de los mejores compositores británicos de la historia. Su padre tenía una pequeña tienda de partituras e instrumentos musicales y el pequeño Edward creció rodeado de ese ambiente, aunque parte de su formación musical fue de tipo autodidacta. 


Tras una serie de intentos y fracasos por introducirse en los círculos musicales londinenses, alcanzó su primer éxito con las Variaciones Enigma en 1899. Al parecer esta obra esconde un tema principal que permanece oculto y que no se reproduce en la misma. Elgar dejó varias pistas para dar con la respuesta pero nunca admitió las propuestas de resolución que le enviaron y el desafío nunca se resolvió. 

Elgar alcanzó el éxito con más de cuarenta años y no compuso su primera sinfonía hasta los cincuenta, pero lo que poca gente conoce es su afición a la química. Incluso disponía de un pequeño laboratorio, al que llamaba El arca, en el jardín de su casa y donde realizaba experimentos de todo tipo. El manuscrito original de su obra El reino (1906) lleva manchas de sus andanzas con los reactivos químicos y fueron varias las anécdotas relacionadas con su afición a la química.

El biografo de Elgar, el violinista William H. Reed, contó en el libro Elgar As I Knew Him (1936) un incidente de lo más curioso que estuvo a punto de llevarse su casa, o quizás su barrio, por delante. He encontrado un divertido cómic de Eva Amsen donde lo cuenta. Está en inglés, pero supongo que se entenderá bien:


Fuente


Queda claro que Elgar no practicó la famosa máxima «¡No lo hagas en casa!» y por fortuna el incidente no fue a más.

Por si fuera poco, nuestro personaje de hoy también patentó un sistema de producción de sulfuro de hidrógeno, en forma de máquina, que se vendió durante un tiempo bajo el nombre de Elgar Sulphuretted Hydrogen Apparatus. Todo un genio, sin duda.

Y para terminar, qué mejor que hacerlo con una de sus obras más valoradas de la mano de Leonard Bernstein. Que lo disfrutéis :-)


NOTA: Esta entrada participa en la LII edición del Carnaval de Química, alojada en el más que recomendable blog El celuloide de Avogadro de @CeluloideA. 

jueves, 19 de noviembre de 2015

¿Cuál es el objeto más brillante del universo? [Vídeo]

Buena pregunta, ¿verdad? Pues no os perdáis el siguiente vídeo del conocido youtuber, o cómo se diga, Michael Stevens donde nos lo explica de forma amena y divertida. 

domingo, 15 de noviembre de 2015

La influencia de la mitología en la ciencia (22ª Parte): Vanadis

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Vanadis y su carro tirado por gatos.
Podría ser la patrona de Youtube (por lo de los gatitos)

En la mitología escandinava, Freyja o Freya, era la diosa del amor, de la belleza y de la fertilidad. Nacida en Vaneheim, Freyja pertenecía al poderoso linaje de los Vanir o Vanes, de ahí que también se la conozca con el nombre de Vanadis

Vanadis era la diosa más querida y fue muy venerada por los antiguos nórdicos. Se la suele ver representada como una bella joven que viaja en un carro tirado por dos gatos salvajes. Su función era la de recibir y recoger las almas de los guerreros muertos con honor en los campos de batalla. Fue esposa del dios Od -que según algunas hipótesis sería asimilable a Odín- y ambos moraban en Asgard. Sus hijas se llamaban Hnoss y Gersemi. Las frecuentes ausencias de Od del hogar provocaban las lágrimas de Vanadis añorando a su esposo. Unas lágrimas que eran de oro rojo cuando caían en la tierra y de ámbar cuando lo hacían sobre el mar.

El nombre de Freyja se asocia con el del día viernes, al igual que ocurre con Veneris (Venus) en la mitología romana. Por ejemplo, en alemán viernes es Freitag; en sueco, noruego o danés es Fredag y en holandés Vrijdag. En inglés Friday deriva de frigedæg, que se refiere al día de Frigg, en alusión a la diosa germana Frigg, la hermana de Thor, y que normalmente se identifica directamente con la propia Vanadis. 

El elemento que se descubrió dos veces y una proteína de los tunicados


Fuente

En 1801 el químico mexicano de origen español, Andrés Manuel del Río, descubrió el mineral que ahora conocemos como vanadinita en unas minas de Zimapán en México. Del Río sospechó enseguida de que en su mineral había un nuevo elemento químico al que llamó inicialmente zimapanio y más tarde eritronio debido a los cambios de color, principalmente a rojo, que se observan al calentar sus sales (eritro, rojo en griego). 

Cuando Andrés M. del Río envió su muestra de eritronio a París para confirmar su descubrimiento se encontró con el rechazo del químico francés Hippolyte Victor Collet -Descotils que lo identificó erróneamente como cromo pero que era en realidad un nuevo elemento químico. Del Río aceptó por buena la declaración de Collet- Descotils y hubo que esperar 30 años, hasta 1831, cuando el químico sueco Nils Gabriel Sefström lo volvió a descubrir mientras analizaba la composición de unos óxidos de minerales de hierro. 

Selfström dirigía por aquel entonces las minas de Falun, una localidad a unos 200 km de Estocolmo, y había trabajado bajo las órdenes del gran Jöns Jacob Berzelius. Sefström quizo bautizar al elemento químico con un nombre que empezara por V, ya que no había ninguno que empezara por esa letra hasta ese momento. Por otro lado también se propuso llamarlo rionio en honor a Andrés del Río, pero la idea no obtuvo los apoyos suficientes. Al final la mitología nórdica tomó fuerza y, probablemente por sugerencia de Berzelius, se adoptó definitivamente el nombre de vanadio inspirado en la diosa Vanadis para el nuevo -o no tan nuevo- elemento químico. 


Las vanabinas son unas metaloproteínas (proteínas que contienen un ion metálico) en donde el cofactor (componente no proteico) es el vanadio. Se encuentran en la sangre de algunas ascidias y de los tunicados, unos animales marinos de cuerpo blando y aspecto gelatinoso que se llaman así porque las paredes de su cuerpo se asemejan a una túnica. Un hecho que fue descubierto en 1911 por el fisiólogo alemán Martin Henze, cuando su curiosidad le llevó al estudio de los tunicados de la bahía de Nápoles. 

Vanadis es también el nombre del un asteroide
descubierto por el astrónomo francés Alphonse Louis Nicolas Borrelly desde el observatorio de Marsella el día 27 de agosto de 1884.


NOTA: Esta entrada participa en la LII edición del Carnaval de Química, alojada en el más que recomendable blog El celuloide de Avogadro de @CeluloideA.