martes, 19 de agosto de 2014

¿Es cierto que solo utilizamos el 10% de nuestro cerebro?


Pues eso. Que no. Por mucho que lo hayas oído por ahí o visto en alguna película o documental. No. No utilizamos solo el 10% de nuestro cerebro ni de nuestro encéfalo. No es cierto. En realidad es uno de los mitos más extendidos en el mundo de la psicología. De hecho como cuentan Lilienfeld, Jay Lynn, Ruscio y Beyerstein en su imprescindible 50 grandes mitos de la psicología popular, que reseñamos por aquí hace unos años, hubo un estudio en el que se preguntaba a estudiantes de psicología "¿Qué porcentaje de su capacidad cerebral cree que usted que utiliza normalmente la mayoría de la gente?" en el que el una tercera parte de los encuestados decía que el 10% (Higbee&Clay, 1998). Y basta una miniencuesta en nuestro entorno más próximo: familia, amigos... para confirmar porcentajes mayores en la población normal.

Como dije en un post anterior, ya se lo dijo bien clarito Euclides a Ptolomeo cuando este último se agobió por el tamaño y complejidad de Los Elementos, "Majestad, no hay atajos reales para la Geometría". Pero claro, para los incautos es muy agradable escuchar a alguien que te promete ser más listo y te venda cómo aprovechar y activar el 90% de tu capacidad cerebral oculta. Con su método, por supuesto. Qué listos...

Utilizamos el encéfalo en su totalidad y así lo demuestran las distintas técnicas para la obtención de imágenes cerebrales. El desconocimiento de muchos aspectos relacionados con el encéfalo y su funcionamiento, que lo hay, no es una cuestión que valide la afirmación de que hay partes que no se utilizan. La evidencia científica sugiere que no hay ningún "sistema operativo o disco duro" cerebral escondido en nuestras cabezas esperando a que algo o alguien lo arranque y nos convierta en X-Men o algo parecido.

Pero, ¿de dónde viene este mito? ¿Dónde apareció por primera vez? Pues parece ser que esta falsa idea se remonta a finales del siglo XIX cuando William James, uno de los padres de la psicología americana, afirmó en uno de sus libros que en realidad dudaba mucho que la mayoría de las personas alcanzaran más de un 10% de su potencial intelectual a lo largo de su vida. James se refería a un potencial infradesarrollado de carácter intelectual y nunca lo relacionó con un porcentaje específico del cerebro en concreto. Todo esto se añade a la modestia particular de los científicos, sobre todo de los pioneros que se dedicaron a la neurociencia, quienes no se cortaban al afirmar que era mucho más lo que se desconocía del cerebro que lo que se conocía. 

En los inicios de las investigaciones científicas del cerebro los investigadores emplearon el término "córtex silencioso" para referirse a aquel que no desempeñaba ninguna función. Algo que mucho después se descubrió que no era cierto y se renombró entonces de otra forma. Y de hecho, el ahora llamado "córtex de asociación" es vital para nuestro lenguaje, pensamiento abstracto y para la ejecución de tareas sensoriomotoras. O también el mito puede que se consolidara porque se menospreció hasta hace bien poco el papel de las células gliales en la actividad cerebral. Unas células que pueden llegar a ser hasta 10 veces más abundantes que las neuronas. 

Y como en todo buen mito que se precie no falta la cita de Einstein que alude a él. Una cita que como tantas otras que se atribuyen al sufrido de Albert no es cierta. 

Mitos y falsas citas aparte, siempre podemos recordar las palabras de Isaac Asimov: 


"Examinen fragmentos de pseudociencia y encontrarán un manto de protección, un pulgar que chupar, unas faldas a las que agarrarse. Y, ¿qué ofrecemos nosotros a cambio? ¡Incertidumbre! ¡Inseguridad!"


FUENTE: 50 grandes mitos de la psicología popular (Scott O. Lilienfeld, Steve Jay Lynn, John Ruscio y Barrry Beyerstein). Ed. Buridan, 2011.

2 comentarios:

  1. Parece desde luego exagerado decir que solo usamos un bajo porcentaje, empero todos, absolutamente todos, tenemos la capacidad de aprendernos la Biblia de memoria, no lo hacemos en primer lugar porque no estamos entrenados para esa memoria y en segundo, porque no lo necesitamos o tal vez al revés.

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  2. Pues mi mujer dice que mi cerebro es todo cortex silencioso... No sé yo qué querrá decir.

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