Helios | Sergey Petrovich Panasenko (Fuente) |
Papá, ¿me dejas tu carro?
Hijo del titán Hiperión y de la titánide Tea, hermano de Eos -la Aurora- y de Selene -la Luna-, Helios era la personificación del astro rey: el Sol. La representación que ha llegado a nuestros días de este dios es la de un majestuoso áuriga con una brillante aureola dorada rodeando su cabeza y montado en un carro de caballos voladores. Helios recorría cada día el firmamento después de que su hermana Eos abriera todos los días al alba las puertas del infierno... Y así hasta cada atardecer, cuando su otra hermana, Selene, recogía el testigo de su viaje y comenzaba el suyo propio.
Los habituales de esta serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia saben que la fauna de dioses y otros personajes mitológicos que se pasean por este blog tenían unas vidas amorosas bastante agitadas. Nuestro protagonista de hoy no se queda atrás. Helios tuvo seis esposas y veintitrés hijos en total, en donde destacan los siete que tuvo con la ninfa Rodo conocidos como los helíadas, unos astrólogos que representaban a cada día de la semana y gobernaron en la isla de Rodas. Aunque el vástago más famoso de Helios y el que más dolores de cabeza le proporcionó a su paciente padre fue Faetón, un enfant terrible que, empeñado en presumir de padre en su colegio de pago de Rodas, no tuvo otra idea que cogerle prestado el carro a Helios para fardar ante sus colegas. Arrasó con un fuego devastador medio continente africano, cambio el color de piel de los habitantes de Etiopía hasta que Zeus intervino de urgencia para arreglar el desastre. Tras la actuación de Zeus el pobre Faetón murió ahogado en el Erídano, actual Po (el río, no el teletubbie). Pero su amigo Cicno se apenó de su desdicha y convenció a los dioses para que lo convirtieran en cisne. Happy end.
¿Un elemento extraterrestre?
El 18 de agosto de 1868 el astrónomo francés Pierre Janssen se encontraba en las proximidades de la ciudad de Vijaydur (India) para observar un eclipse total de sol. En el análisis espectral que realizó descubrió una línea brillante que no pudo identificar y no que se correspondía con cualquier otro elemento conocido en la tierra hasta el momento. Janssen intuyó que el nuevo elemento era propio y exclusivo del Sol y le trasladó los datos al experto británico en espectroscopia Joseph N. Lockyer quien confirmó las sospechas de Janssen. Lo llamaron helio en honor al dios del sol. ¿Un elemento nuevo presente en los astros pero no en la tierra? ¿El quinto elemento que postuló Aristóteles trescientos años antes de Cristo?
Luz ultravioleta emitida por los átomos de helio ionizado en la cromosfera del Sol |
No. En 1895 el químico británico William Ramsay consiguió aislar e identificar el helio a partir del gas obtenido al tratar un mineral de uranio -la cleveíta- con ácido sulfúrico. Y al mismo tiempo, y de forma independiente en Suecia, los químicos Per Teodor Cleve y Abraham Langlet lograron también su identificación.
Pero si queréis conocer más sobre el helio, mejor que lo cuenten los que saben de globos ;-)
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NOTA: Esta entrada participa en la XIII Edición del Carnaval de la Química que este mes de marzo alberga el blog Curiosidades de un químico soñador.