sábado, 31 de diciembre de 2011

Algunos libros de divulgación que he leído en 2011


  • El orden escogido para hacer esta reseña es totalmente arbitrario, salvo el dimensional para evitar que se desplome la pila de la fotografía anterior.
  • Esta recopilación está limitada a los libros de divulgación científica y ensayo que he leído a lo largo de 2011. 
  • Para la realización de este reportaje no ha sido necesario maltratar a ningún autor. Bastante tienen ya con lo suyo.


El ladrón de cerebros (Pere Estupinyá)
Un gran libro. La conjunción de contenido científico riguroso mezclado con divertidas anécdotas personales y el clima que consigue Pere en este libro, es sencillamente magistral. A-pa-sionante. Imprescindible.

La cuchara menguante (Sam Kean)
Muy entretenido. No abundan los libros de divulgación científica centrados en la química. Lo recomiendo encarecidamente. Cuando tenga un poco más de tiempo le haré una reseña exclusiva en EPAP.

Mala ciencia (Ben Goldacre)
Muy bueno. Aunque muchos de los temas los tenía bastante claros, los datos y razonamientos de Goldacre son demoledores. [Agradecimiento: Aberron ;-)]

En busca de la memoria (Eric R. Kandel)
Toda una vida dedicada a la neurociencia. Los recuerdos -científicos y personales- del premio Nobel de medicina en el 2000, bien podrían ser objeto de una película de Hollywood. El libro me inspiró este post. Una obra necesario para la comprensión de los vertiginosos avances en la ciencia del cerebro encéfalo.

The ascent of man (Jacob Bronowski)
Sin ninguna duda, el descubrimiento del año. La obra que inspiró Cosmos a Carl Sagan. Imprescindible, tanto en su versión escrita como la serie documental. Lo cité bastante durante este año: I, II y III

La pizarra de Yuri. Historias de ciencia al calor del fuego (Antonio Cantó)
Cuando el mejor bloguero de ciencia selecciona sus mejores artículos, solo puede ocurrir una cosa: Nace una obra maestra. El libro incluye uno de los relatos más brillantes de ciencia ficción que he leído en mucho tiempo, Hijas de la lluvia. Los lectores de EPAP tuvieron la oportunidad de conseguir un ejemplar en septiembre.

El cisne negro (Nassim N. Taleb)
Un libro con un comienzo tan prometedor como efímero. Aún así, reconozco que disfruté a ratos leyéndolo y aprendía alguna cosilla que otra. Bien, pero sin entusiasmo.

El tío Tungsteno (Oliver Sacks)
Tuvo reseña propia en EPAP. Excelente. 

Rumbo al cosmos (Javier Casado)
Colección de artículos relacionados con la exploración espacial. Bien documentado y muy ameno. No debe de faltar en la biblioteca de cualquier yuritrastornado. 

¿Qué te importa lo que piensen los demás? (Richard Feynman)
Continuación de ¿Está usted de broma Sr. Feynman? Si el primero era imprescindible, este no se queda corto. Además incluye el relato del papel de Feynman en la investigación del accidente del Challenger en 1986. 

¿Esto es paranormal? Por qué creemos en lo imposible (Richard Wiseman)
Tuvo reseña propia en EPAP. Muy bueno. 

Rockets and People (Boris Chertok)
Confieso que aún no le terminado, estoy con el volumen II, pero al no existir traducción al castellano voy más lento. Me está gustando mucho. A raiz de la muerte de Boris Chertok, tuvo reseña propia en EPAP.

Einstein vs Predator (Sergio L. Palacios)
¿Todavía no lo tienes? Pues corre inmediatamente a comprarlo. Divertirse no es incompatible con aprender física. El libro con el que más me he reído este año. Enorme. Necesario.

El mito de la felicidad (Gustavo Bueno)
Un Zas, en toda la boca a los libros que prometen la felicidad en 7 días o chorradas por el estilo. De alto nivel intelectual, reconozco que me perdí en varias ocasiones, pero el mensaje final queda muy clarito.

Houston, tenemos un problema (Javier Casado)
La historia de la exploración espacial a través de sus accidentes. Tremendo libro, se aprende muchísimo al leerlo. Otro imprescindible para el yuritrastorno.

Ciencia para Nicolás (Carlos Chordá)
Un libro que me sorprendió bastante. Ameno y muy bien escrito. Mi prejuicio inicial era del estilo "Bueno, esto ya lo sé o ya me lo han contado, leído, visto"... Para nada, aprendí muchísimo con él, sobre todo a cómo debe explicarse la ciencia a los más jóvenes. 

50 mitos de la psicología popular (V.V.A.A)
Tuvo reseña propia en EPAP. Estimulante.


Astronautas. Exploradores del espacio (Javier Gregori)
Con prólogo de Miguel López-Alegría y epílogo de Pedro Duque, Gregori nos sumerge en el lado más personal de los héroes modernos de la astro/cosmonáutica. Y mucho más. Un libro poco conocido, pero muy recomendable.


El siglo de la ciencia (Javier Sampedro)
El siglo XX fue muy prolífico en cuanto a la ciencia y su manera de comprenderla. Este libro nos lo cuenta, en parte, y se lee fácilmente, dejando una sensación de déjà vu y buen sabor de boca final. Bien.

La ciencia es divertida (Alain Gold)
Una colección de historietas sobre ciencia y curiosidades. Bien, sin más.

En casa (Bill Bryson)
Un original paseo sobre el origen de muchos objetos y avances de ciencia y tecnología que podemos encontrar por nuestra casa. Las referencias históricas están muy curradas. Es un poco extenso, pero muy entretenido y curioso.

Adiós a la tierra (Robert Zimmerman)
Buen libro, aunque la visión de Zimmerman respecto a algunos temillas de la carrera espacial, en particular la soviética, pueden ser algo discutibles. Bien.

De Arquímedes a Hawking (Clifford Pickover)
Es el primer libro de Pickover que leo, y no será el último. Su estilo te atrapa irremediablemente. Muy completo. Buenísimo.

El universo ambidiestro (Martin Gardner)
Otra obra maestra del maestro, valga la redundancia. Algunos temas están algo desfasados, pero no tiene la menor importancia. Merece ser leído, con perspectiva, pero lo merece.

Autobiografía (Bertrand Russell)
Delicia literaria de una de las figuras intelectuales más importantes del siglo pasado. Un libro que no era fácil de conseguir hasta que se ha reeditado este año. A destacar: el Decálogo liberal

Hiperespacio (Michio Kaku)
Uno de los mejores libros que leí en 2010 fue Física de lo imposible. Hiperespacio no lo iguala ni se acerca, pero no defrauda. Bien por Kaku.

La magia de la realidad (Richard Dawkins)
Una delicia de libro orientado en un principio para los más pequeños, pero que disfrutamos más si cabe los grandes. Las ilustraciones de Dave McKean tampoco están nada mal. Muy recomendable.

La cara oculta del misterio (Luis A. Gámez)
Todo un referente del escepticismo en España desmonta uno por uno muchos enigmas que, sorprendentemente, aún perduran en la culturilla popular. Recomendable para escépticos y crédulos a partes desiguales.

Cómo se comunican las neuronas (Juan Lerma)
Un libro muy cortito que viene muy bien como introducción a a la neurociencia. Se queda pequeño, pero es que tiene tan solo 71 páginas. Apto para iniciarse, abtenerse encéfaloaficionados pro.

Los productos naturales ¡vaya timo! (JM Mulet)
Uno de esos libros que abren los ojos. Repleto de argumentos y bien fundamentado en los temas que trata. Además es muy divertido. ¿Qué más se puede pedir? Bueno sí, que fuera un poco más largo. Imprescindible y necesario en la sociedad que nos rodea.

Breve historia de la carrera espacial (Alberto Martos)
Como introducción a la reciente historia de la exploración espacial es inmejorable. Deja ganas de más, pero por eso es una breve historia. Muy recomendable.

Perder el miedo al miedo (Luis Muiño)
El factor humano en pantalla me pareció un libro sensacional e imprescindible para cualquier minicinéfilo y aficionado a la psicología, como es mi caso. Y este Perder el miedo al miedo no se queda atrás. El "Richard Wiseman español" siempre sorprende, y además escribe muy bien. Las referencias cinematográficas son constantes y sobre todo muy acertadas y bien traídas. Lo recomiendo sin reservas.

La muerte nos llega desde el cielo (Phil Plait)
El fin del mundo está próximo..., pero no será en 2012. Llegará desde el cielo. El estilo de Plait es siempre interesante y didáctico. Muy bueno.

Hablando de... Del ácido sulfúrico a Louis Pasteur (Pedro Gómez-Esteban)
El talento del autor del blog El Tamiz para divulgar ciencia es de sobra conocido. En este libro enlaza cada capítulo con el siguiente sin soltar a la presa, cual pitbull. Apto para todo amante de la ciencia. Absolutamente recomendable.

Astronáutica (Giles Sparrow)
Reconozco que no lo he leído entero, lo tengo como consulta y me gusta saltar por sus páginas sin orden. Las imágenes y fotografías son espectaculares.

Bueno, podría haber sido un mejor año, pero leer blogs de ciencia quita muchísimo tiempo. Ah, también he leído algunas novelas. Otro día... :D

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Herramientas para la detección de chorradas

Hoy es un día propicio para las chorradas varias, lo triste es que durante el resto del año también nos la quieren colar por todos lados: pseudomedicinas, productos milagro, autoayuda, etc. Un conocido de este blog, Michael Shermer, nos enseña en el siguiente vídeo a detectarlas. Imprescindible.







martes, 27 de diciembre de 2011

Química para un despegue lunar




(CH3)2NNH2 (liq)  + 2 N2O4 (liq)  --->  3 N2 (g) + 4 H2O (g) + 2 CO2 (g)

Para que luego digan que la química es aburrida. 
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Si te has quedado con ganas de más, te recomiendo este interesante vídeo [EN].


NOTA: Esta minientrada participa en la X edición del Carnaval de Química que se celebra este mes en el blog BioUnalm.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Journal of Feelsynapsis (#2)

Con esta divertida portada navideña ha salido a la venta el número 2 de la revista de divulgación científica Journal of Feelsynapsis. Un apuesta personal de Enrique Royuela para acercar la ciencia al público a través de una publicación fresca, rigurosa y elegante.

He contribuido con un pequeño artículo que te invito a leer, pero únicamente cuando hayas devorado el resto de la revista, ya que me siento empequeñecido entre contenidos de tan alta calidad.

¿Dónde conseguir el número 2 de JoF? ¿Cuánto cuesta?:

Respuestas simples: aquí y nada.

viernes, 23 de diciembre de 2011

domingo, 18 de diciembre de 2011

Hubo una época...


"Hubo una época –y muy reciente– en la que se consideró insensata la idea de la posibilidad de estudiar la composición de los cuerpos celestes, idea que también consideraban carente de sentido común incluso los pensadores y prominentes  científicos. Ese tiempo, esa época, ya  ha pasado. La idea de la posibilidad de estudiar el Universo, desde mucho más cerca, y más directamente, es algo que hoy día, creo yo, adquiere mayor primacía e  importancia en las mentes de todos nuestros congéneres, e incluso en las  de nuestros nuevos pensadores y prominentes científicos. Pisar el suelo de los asteroides, alzar con una mano una de las piedras de la Luna, moverse de acá para allá en estaciones situadas en el espacio y establecer círculos vivos alrededor de la Tierra, la Luna y el Sol, para observar a Marte desde una distancia de varias decenas de verstas, aterrizar en sus satélites e incluso en la superficie de Marte, ¡qué podría ser más fantástico! Sin embargo, sólo con el advenimiento de vehículos a reacción será posible iniciar una  nueva era en la Astronomía, la época de un cuidadoso estudio del cielo... El motivo primordial de mi vida es hacer algo útil para la gente... Ésa es la razón de que me haya interesado por cosas que no dan pan ni fuerza. Aunque espero que mis estudios, quizá pronto o acaso en un futuro lejano, proporcionen a la sociedad montañas de grano y de poder ilimitado."
           -Konstantin Eduardovich Tsiolkovski, 1912-
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NOTA: Esta entrada participa en la V edición del Carnaval de la Tecnología, que se celebra este mes de diciembre en el blog Brucknerite, una magnífica bitácora administrada por Iván Rivera (@brucknerite)




sábado, 17 de diciembre de 2011

¿Esto es paranormal? Por qué creemos en lo imposible [Libro]

Después de enseñarnos algunas técnicas -con un pretendida base científica- para mejorar nuestra vida en 59 segundos, Richard Wiseman vuelve a la carga. En ¿Esto es paranormal? Por qué creemos en lo imposible (cuyo título original es Paranormality) nuestro psicólogo/mago escéptico favorito nos desvela, de forma amena y con mucho sentido del humor, la inexistencia de los fenómenos supuestamente paranormales.
El libro es un paseo a través de la historia de multitud de investigaciones -sí, investigaciones, porque contrariamente a lo que se suele pensar, se han investigado seriamente gran cantidad de ellos- realizadas sobre algunos fenómenos presuntamente paranormales y cómo fueron desenmascarados. Pero no solo es eso. No, Wiseman nos llevá más allá; nos explica cómo nuestro cerebro se equivoca, por qué somos crédulos y cuales son las trampas cognitivas o de percepción en las que inevitablemente caemos. Y además nos desvela algunos truquillos muy interesantes que no voy a desvelar por aquí, pero que me han sorprendido bastante por no decir alucinado.

En resumen, tanto si te gusta Wiseman como si no, es una lectura muy recomendable y entretenida. Si eres un habitual de EPAP sabrás que pocas veces me equivoco al recomendar libros... [Alerta escéptica: ¿Estaré influyendo sobre tu mente con la afirmación anterior para que lo leas?] Ten por seguro que sí. :-P

jueves, 15 de diciembre de 2011

Rockets and People [Libro]

Ayer leí en mi cita diaria por el blog Eureka la triste noticia sobre el fallecimiento de uno de los grandes protagonistas de la historia de la cosmonáutica. Me estoy refiriendo, en palabras de Daniel Marín, a la última leyenda viva que quedaba de una era. El último de los padres fundadores de la cosmonáutica: Boris Chertok.

Conocía la figura de Chertok vagamente de mis últimas lecturas, ya sabéis, esos analgésicos para el yuritrastorno que uno suele tomar de vez en cuando. Pero no fue hasta ayer mismo que, gracias a un tweet del amigo Gabriel (autor del imprescindible Zemiorka), tuve la oportunidad de echarle un vistazo al libro Rockets and People, un libro en el que Chertok cuenta la historia del origen de la cosmonáutica, en primera persona, como testigo directo y actor de la misma. 


El libro Rockets and People (en inglés) consta de tres volúmenes y se puede descargar desde estos enlaces:




Aún no los he leído, pero ayer comencé con el primero y ojeándolo me sorprendió bastante ver en una misma página, la 3 del volumen I, la ecuación de Tsiolkovski y la fórmula de la equivalencia entre masa y energía de Albert Einstein

Pero mayor fue mi sorpresa fue cuando leo pocas líneas después...
"During the second half of the twentieth century, the formulas of Tsiolkovskiy and Einstein entered high school textbooks (...)"

En un ejercicio de retrospección educativa, recuerdo perfectamente que jamás estudié la ecuación del cohete de Tsiolkovski ni en el colegio, ni en el instituto, ni en la universidad. Jamás; no lo hubiera olvidado. No sé cómo está ahora el programa en los temarios educativos, pero me temo lo peor. Imagino que en la Rusia natal de Chertok y en otros muchos países es algo que se aprende en el colegio o instituto, pero en España, al menos en mi personal experiencia, no ocurrió así. ¿Tenemos lo que nos merecemos?


Michio Kaku lo clava en este vídeo:


NOTA: Esta entrada participa en la V edición del Carnaval de la Tecnología, que se celebra este mes de diciembre en el blog Brucknerite, una magnífica bitácora administrada por Iván Rivera (@brucknerite)
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ACTUALIZACIÓN (07/02/2012): Un amable lector nos comenta que está disponible el IV Volumen (The Moon Race) en este enlace: http://history.nasa.gov/SP-4110/vol4.pdf

miércoles, 14 de diciembre de 2011

domingo, 11 de diciembre de 2011

¿Cuál es tu reacción química favorita?

Siguiendo en la línea de los ya clásicos de este blog ¿Quién fue (o es) ...? y como continuación de ¿Cuál es tu ecuación favorita?, le llega el turno a la química en la recta final de la celebración de su Año internacional (IYC2011).

Ya sabéis de sobra cómo funciona todo esto. Los comentarios están a vuestra disposición para que dejéis vuestra opinión sobre cuál es, o ha sido, vuestra reacción química favorita, la que os hizo adorar la química, la primera que aprendiste o la única que recuerdas...

Comienza un servidor como viene siendo habitual. Y después de meditarlo un rato (tampoco mucho) me quedo con esta:



Sí, es la reacción de Diels-Alder. Cuando uno la descubre por vez primera -y aunque no te guste mucho la química- no genera indiferencia. Sencilla, elegante, fácil de recordar y con ese toque tan mágico de crear un anillo desde dos cadenas abiertas. En la escuela o instituto se aprende de forma intuitiva, muchas veces sin más explicación que una mera memorización o descripción, pero es de las pocas que se olvidan y por ese motivo le guardo un especial cariño.

Ahora os toca a vosotros :-)


NOTA: Esta entrada participa en la X edición del Carnaval de Química que se celebra este mes en el blog Biounalm, cuyo autor, David Castro (@biounalm), divulga magistralmente la ciencia desde su Perú natal.


lunes, 5 de diciembre de 2011

50 grandes mitos de la psicología popular [Libro]

¿Crees que un actitud positiva en la vida puede evitar el cáncer? ¿Utilizas solo el 10% de tu cerebro? ¿Eres de los que pone música de Mozart a sus hijos pensando que los hará más inteligentes? ¿Piensas que es mejor exteriorizar la ira que reprimirla? ¿Confías en la grafología como ciencia? ¿El rasgo definitorio de la dislexia es el hecho de invertir las letras? ¿Las personas mayores necesitan más horas para dormir? ¿Es fiable el polígrafo como detector de mentiras? ¿La hipnosis es un estado de trance excepcional distinto a la vigilia?...

Si has respondido afirmativamente a alguna de estas preguntas, lamento comunicarte que estás equivocado. Ninguna es cierta. Todos nosotros, en algún momento de nuestra vida, hemos escuchado ideas parecidas pero pocas veces nos hemos visto con argumentos para rebatirlas e incluso algunas de ellas las hemos creído -a fuerza de repetición- como afirmaciones científicamente demostradas. O quizá en este momento aún lo creas...

"La ciencia tiene que empezar con los mitos y con la crítica de los mitos." Con esta demoledora cita de Karl Popper comienza el libro 50 grandes mitos de la psicología popular escrito por los psicólogos norteamericanos Scott O. Lilienfeld, Steve Jay Lynn, John Ruscio y Barrry Beyerstein.

Con tan solo leer la introducción titulada El ancho mundo de la Psicomitología, ya nos queda claro que estamos ante un gran libro, desmitificador y riguroso, a la vez que muy prometedor para dotar de argumentos a cualquier escéptico que se precie. Y lo consigue.


El título es un tanto "engañoso" en el sentido de que no se limita tan solo a 50 mitos. En realidad, al finalizar cada capítulo, los autores sugieren a modo de extensión otros muchos psicomitos para explorar y profundizar sobre ellos, algunos bastante sorprendentes. Las alusiones a científicos, conocidos psicólogos como Richard Wiseman, o grandes divulgadores de la ciencia como Carl Sagan, planean de forma brillante por sus páginas. Y como se puede leer en el epílogo, que precede a una extensísima bibliografía, que mejor final que las palabras de Sagan para acabar esta breve reseña: "Uno de los mejores antídotos contra la pseudociencia es la ciencia verdadera."

Ahí lo dejo. Muy recomendable :-)

martes, 29 de noviembre de 2011

Cómo defender a la tierra de los asteroides

Hoy toca aprender un poco más sobre los asteroides de la mano de Phil Plait, autor del inmenso blog Bad Astronomy. Un asteroide es un cuerpo menor que orbita en nuestro sistema solar con unas dimensiones de menos de 1000 km. Son de menor tamaño que un planeta pero mayores que los meteroides. El nombre de asteroide fue propuesto por William Herchel debido a su parecido visual con las estrellas (en griego, aster-> estrella) aunque el primero en descubir un asteroide, concretamente Ceres, fue Giuseppe Piazzi en 1801. Os dejo con Phil. Risas garantizadas :-D






martes, 22 de noviembre de 2011

¿Qué libro de divulgación científica me recomiendas?

Ayer me hicieron esta pregunta. Un gran amigo me pidió que le recomendara un buen libro de divulgación. ¿Solo uno? Sí, solo uno y únicamente disponía de un intento...

No lo dudé ni un instante. Y ya lo dejé muy claro cuando os pregunté por el divulgador más importante de la historia

Le recomendé el libro Nueva guía de la ciencia (1984) de Isaac Asimov. Pero claro, no quiero ser egoísta, mi amigo lee este blog. Si alguno de vosotros quiere hacerle alguna sugerencia distinta, tiene los comentarios a su disposición. Estáis a tiempo :-)  
Y de paso, si hay alguno que no he leído, me lo pido ;-)
 

lunes, 21 de noviembre de 2011

¿Nos interesa la verdad? [Extracto de El mundo y sus demonios]



¿Nos interesa la verdad? ¿Tiene alguna importancia? 

... donde la ignorancia es una bendición es una locura ser sabio, 
escribió el poeta Thomas Gray. Pero, ¿es así? Edmund Way Teale, en su libro de 1950 Círculo de las estaciones, planteó mejor el dilema: 

Moralmente es tan malo no querer saber si algo es verdad o no, siempre que permita sentirse bien, como lo es no querer saber cómo se gana el dinero siempre que se consiga. 
Por ejemplo, es descorazonador descubrir la corrupción y la  incompetencia del gobierno, pero ¿es mejor no saber nada de ello? ¿A qué intereses sirve la ignorancia? Si los humanos tenemos, por ejemplo, una propensión hereditaria al odio a los forasteros, ¿no es el autoconocimiento el único antídoto? Si ansiamos creer que las estrellas salen y se ponen para nosotros, que somos la razón por la que hay un universo, ¿es negativo el servicio que nos presta la ciencia para rebajar nuestras expectativas?

En La genealogía de la moral, Friedrich Nietzsche, como tantos antes y después, critica el «progreso ininterrumpido en la autodesvalorización del hombre» causado por la revolución científica. Nietzsche lamenta la pérdida de la «creencia del hombre en su dignidad, su unicidad, su insustituibilidad en el esquema de la existencia». Para mí es mucho mejor captar el universo como es en realidad que persistir en el engaño, por muy satisfactorio y reconfortante que sea. ¿Qué actitud es la que nos equipa mejor para sobrevivir a largo plazo? ¿Qué nos da una mayor influencia en nuestro futuro? Y si nuestra ingenua autoconfianza queda un poco socavada en el proceso, ¿es tan grande la pérdida, en realidad? ¿No hay motivo para darle la bienvenida como una experiencia que hace madurar e imprime carácter?


Descubrir que el universo tiene de ocho mil a quince mil millones de años y no de seis mil a doce mil mejora nuestra apreciación de su alcance y grandeza; mantener la idea de que somos una disposición particularmente compleja de átomos y no una especie de hálito de divinidad, aumenta cuando menos nuestro respeto por los átomos; descubrir, como ahora parece posible, que nuestro planeta es uno de los miles de millones de otros mundos en la galaxia de la Vía Láctea y que nuestra galaxia es una entre miles de millones más, agranda majestuosamente el campo de lo posible; encontrar que nuestros antepasados también eran los ancestros de los monos nos vincula al resto de seres vivos y da pie a importantes reflexiones -aunque a veces lamentables- sobre la naturaleza humana.

Sencillamente, no hay vuelta atrás. Nos guste o no, estamos atados a la ciencia. Lo mejor sería sacarle el máximo provecho. Cuando finalmente lo aceptemos y reconozcamos plenamente su belleza y poder, nos encontraremos con que, tanto en asuntos espirituales como prácticos; salimos ganando.

Pero la superstición y la pseudociencia no dejan de interponerse en el camino para distraenos, proporcionar respuestas fáciles, evitar el escrutinio escéptico, apelar a nuestros temores y devaluar la experiencia, convirtiéndonos en practicantes rutinarios y cómodos además de víctimas de la credulidad.

               --Carl Sagan, El mundo y sus demonios--

domingo, 13 de noviembre de 2011

La Conferencia Solvay de 1927 [Vídeo]

"Electrones y fotones" fue el lema del quinto Congreso Solvay celebrado en Bruselas en octubre de 1927. La fotografía de grupo de este emblemático encuentro, que marcó un antes y un después en la mecánica cuántica, es de sobra conocida por todos los aficionados a la ciencia.

Pero menos conocido es un vídeo que recoge unos curiosos y distendidos momentos de esta histórica reunión; momentos de descanso, risas, pitillos y turismo por Bruselas. En él podemos ver unas cuantas caras más o menos conocidas, pero cuyos nombres, con solo mencionarlos, obligan a que nos pongamos en pie: Erwin Schröedinger, Niels Bohr, Auguste Piccard, Léon Brillouin, Max Born, Paul Ehrenfest, Louise-Victor de Broglie, Arthur Compton, Hendrik Lorentz, Max Planck, Wolfgang Pauli, Peter Debye, Marie Curie, Albert Einstein...

El vídeo fue rodado por un asistente al congreso de 46 años aficionado a la cinematografía, galardonado con el Premio Nobel de química cinco años después, y que los lectores de este blog recordarán por ser poco amigo -por decirlo de alguna manera- del genial Gilbert Lewis, como ya contamos hace unos días... Efectivamente, con ustedes, la cámara de Irving Langmuir inmortalizando a unos cuantos gigantes del Congreso Solvay de 1927, que como todos nosotros eran gente normal... o eso parece :-)




NOTA: Esta entrada participa en la IX edición del Carnaval de Química que alberga este mes el blog Hablando de Ciencia de la mano de Guillermo Marina, químico y divulgador.


domingo, 6 de noviembre de 2011

De Frankenstein a Blade Runner


"I ought to be thy Adam; but I am rather the fallen angel"
                                                     --The Monster-- 


"Fiery the angels fell, deep thunder roll'd around their shores, burning with the fires of Orc"   --Roy Batty--

Ciento sesenta y cuatro años separan a Frankenstein (Mary Shelley, 1818) de Blade Runner (Ridley Scott, 1982).  

El parecido es más que razonable. En ambas historias, siendo reduccionista, un creador con delirios mesiánicos juega a ser Dios y maltrata posteriormente a su obra, la cual se rebela contra él. Ángeles caídos. De ahí las citas con las que he querido comenzar este post.


Quisiera escribir algo original sobre Frankenstein o Blade Runner, pero sinceramente está casi todo dicho y no creo que mi aportación fuera de mucho interés. Solamente me queda recomendaros leer Frankenstein de Mary Shelley, un libro injustamente eclipsado por las adaptaciones al cine, algunas magíficas, pero que merece una lectura o tal vez más de una. Y sobre Blade Runner, ¿Qué os puedo decir que no haya dicho ya? I, II y III.


Lamento dejar un post con un título tan prometedor así de pobre, pero ya os digo, está casi todo dicho. Al menos cuando leas Frankenstein o vuelvas a ver Blade Runner, puedes jugar a cruzar texto con escenas. ;-)



"I shall die, and what I now feel be no longer felt. Soon these burning miseries will be extinct. I shall ascend my funeral pile triumphantly and exult in the agony of the torturing flames. The light of that conflagration will fade away; my ashes will be swept into the sea by the winds. My spirit will sleep in peace, or if it thinks, it will not surely think thus. Farewell.                --The Monster--


sábado, 5 de noviembre de 2011

Cristales de bismuto vs M.C. Escher

El bismuto es un elemento químico metálico de número atómico 83 y que tiene la curiosa característica de expandirse al solidificarse. El origen de su nombre está lleno de controversias, pero al parecer proviene del griego plomo blanco. En España es un mineral algo raro pero lo podemos encontrar en Córdoba. En cuanto a sus usos y aplicaciones, se emplea mayoritariamente en medicina y cosmética. Para ser un metal rodeado de elementos muy tóxicos en la tabla periódica, realmente no lo es tanto como cabría esperar de él. Es relativamente poco tóxico, de hecho es el menos tóxico de los metales pesados, e incluso antiguamente se llegó a emplear como antídoto de las intoxicaciones por cadmio o para tratar molestias estomacales en forma de salicilato de bismuto (bismuto rosa). Y es debido a su baja bioacumulabilidad y menor toxicidad por lo se ha utilizado también como sustituto de los antiguos perdigones de plomo -muy nocivos para la salud y el medio ambiente- y las plomadas de pescar.

Pero dejemos la química y centrémonos en el arte. Al bismuto lo podemos encontrar cristalizado formando unas sugerentes pirámides escalonadas invertidas iridiscentes, denominadas cristal en tolva, que hacen que la comparación con M.C. Escher sea inevitable. ;-) Fantástico, ¿verdad?

Bismuto | Fuente

 Bismuto | Fuente


 Ascending and descending (Escher) | Fuente: Wikipedia



Más información: 

NOTA: Esta entrada participa en la IX edición del Carnaval de Química que albergará este mes el blog Hablando de Ciencia de la mano de Guillermo Marina, químico y divulgador.

Gracias por vuestro voto en #Bitácoras11


Esta semana se ha publicado la clasificación final de los Premios Bitácoras en su edición 2011, y para mí es un inmenso orgullo comunicaros que Ese Punto Azul Pálido ha quedado en la posición número 20 de la categoría de ciencia. Conseguir un puesto tan elevado, viendo el tremendo nivel de los blogs que participaban, ha sido una estupenda recompensa y se convierte en un estimulante aliciente para continuar compartiendo mis gustos e inquietudes personales con vosotros.

Muchísimas gracias a todos los que se han tomado la molestia de registrarse en Bitácoras y dedicar un rato de su tiempo en el tedioso proceso de darme un voto en estos premios. Pero sobre todo, muchas gracias por visitarme, leerme, dejar comentarios, recomendar mi blog o interaccionar conmigo a través de Twitter. De todo corazón, gracias. :-)


Ese Punto Azul Pálido continuará batallando sin descanso, compartiendo enlaces que me resulten interesantes, intentando divulgar -mejor o peor- sobre ciencia o lo que se tercie... pero siempre con mucho cariño y entusiasmo. Porque lo merecéis.


Un abrazo chillao virtual para todos.

martes, 1 de noviembre de 2011

Hubble 3D, la película

Siempre hay un momento para recibir eficaces antídotos frente al yuritrastorno. Y hoy toca una película de la que ya hablé hace más de un año por aquí, y que fue filmada en el espacio por los cosmonautas de las misiones STS-31, 61 y 125, en la que nos cuentan muchas cosas con la excusa de reparar el telescopio Hubble. Al final, esta joya no llegó a los cines IMAX de España, ¡qué sorpresa! pero... no me olvidé de ella. 

Y sin más preámbulos, os dejo con esta maravilla (enlazo la parte 1/5, el resto es fácil de seguir desde You Tube).

Luces apagadas, altavoces conectados y...  ¡Poyejali!


sábado, 29 de octubre de 2011

B2HF. Lírica estelar

B2FH en 1971 | Fuente
 
El título de esta entrada no alude a ningún compuesto químico extraño formado por boro, hidrógeno o flúor. No, para nada, entre otras cosas porque sería una molécula bastante improbable, todo sea dicho. Pero la misteriosa expresión B2HF de nuestro título está relacionada de forma muy directa con la química, y en última instancia, con el origen de los elementos químicos que constituyen nuestro universo conocido... y del que formamos parte. Permaneced atentos, porque hoy aprenderemos un poco sobre origen de la materia de la que estamos hechos todos nosotros, y lo haremos a través de la lírica.



B2HF (el 2 como superíndice de la letra B) es un revolucionario y famoso artículo científico, llamado así por las iniciales de sus autores, los sonrientes personajes que aparecen en la foto: Margaret Burbidge , Burbidge Geoffrey, William Fowler y Fred Hoyle.


Fue publicado por primera vez en la revista Reviews of Modern Physics en el año 1957. El título original del paper era Synthesis of the Elements in Stars y se le considera como un histórico trabajo que describió, explicó y analizó los procesos responsables de la síntesis de los elementos químicos y su abundancia relativa en la naturaleza. Estableció un salto de gigante en el avance de la teoría de la nucleosíntesis estelar, completando las importantes aportaciones previas de Hans Bethe, Carl F. von Weizsäcker o el propio Hoyle. 


Descubrir que los elementos de los que estamos construidos fueron creados en inmensos crisoles como estrellas o supernovas, es toda una profunda y existencial revelación que solo puede -y debe- compartirse con una prosa lírica...

Synthesis of the Elements in Stars (B2HF) comienza con dos citas entrelazadas de William Shakespeare:
"It is the stars, The stars above us, govern our conditions";
                         (Eing Lear, Act IV, Scene 3)
but perhaps
"The fault, dear Brutus, is not in our stars, But in ourselves,"
                      (Julius Caesar, Act I, Scene 2)

Que traducidas más o menos libremente por un servidor, vienen a decir: "Son las estrellas,/ las estrellas sobre nosotros, las que rigen nuestro estado" -pero tal vez- "La culpa, querido Bruto, no está en nuestras estrellas,/ sino en nosotros mismos."

Carl Sagan lo expresó como solo él era capaz de hacer, con su inconfundible estilo, siempre tan poético y evocador, como podemos volver a ver en este vídeo (último capítulo de la serie Cosmos):



"La materia estelar, la ceniza de la alquimia estelar, había cobrado vida"


Y más recientemente, Neil deGrasse Tyson, que recordemos será el encargado de la secuela de la serie Cosmos prevista para 2013, es quizá menos lírico, pero tan solo en apariencia. No os lo perdáis en acción en este otro vídeo:

"No solo existimos en este universo. Es el universo mismo el que existe en nosotros"


Para que luego digan que la Ciencia es aburrida, fría, o poco emocionante ;-) 
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Artículo completo B2HF: aquí
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NOTA: Esta entrada participa en la VIII -y bilingüe- edición del Carvanal de Química, que se celebra durante este mes en el blog Caja de Ciencia (Science box)

sábado, 22 de octubre de 2011

Gilbert Lewis: 35 nominaciones al premio Nobel

Fuente: Naomi Cayne 
Gilbert Newton Lewis (1875-1946) fue un químico estadounidense famoso por el modelo del átomo cúbico y por promover el desarrollo de la termodinámica en la aplicación de sus leyes a sistemas químicos reales, entre otros muchos logros. No obstante, pese a la extensión e importancia de sus investigaciones y estar nominado en 35 ocasiones, Lewis nunca obtuvo el premio Nobel.

La vida de Lewis fue bastante agitada. Nació en Weymouth (Massachusetts) pero creció en Nebraska hasta que fue admitido en la universidad de Harvard, donde se doctoró en 1898. Tras un año como posdoctorado se desplazó a Alemania para trabajar con los ilustres químicos Walther Nernst en Gotinga y Wilhelm Ostwald en Leizpig. La relación con este último fue tan lamentable para Lewis que al final le forzó a regresar a los pocos meses a Harvard para ocupar un puesto académico. A los tres años y agobiado de nuevo partió hacia las recién conquistadas Islas Filipinas, aceptando un puesto para el gobierno americano como superintendente de pesos y medidas en el Bureau of Science, llevándose consigo un único libro, la Química teórica de Nernst con el fin obsesivo de publicar los errores que pudiera descubrir en el mismo.


Tras un año en Filipinas, Lewis volvió al Instituto Tecnológico de Masachussetts (MIT) hasta que aceptó en 1912 un puesto como profesor en la universidad de California (Berkeley), convirtiendo al departamento de química en uno de los mejores del mundo durante el tiempo en el que él estuvo allí. 


Pese a sus éxitos científicos, Lewis nunca obtuvo un premio Nobel. Méritos no le faltaron: describió la distribución de los pares de electrones entre los átomos (enlace covalente), introdujo la conocida notación que lleva su nombre, revolució el paradigma que existía hasta entonces sobre ácidos y bases, acuñó el término fotón, aisló la primera muestra de agua pesada mediante electrolisis, explicó la fosforescencia y está considerado como uno de los fundadores de la termodinámica química moderna.



Tras años de rivalidades con Irving Langmuir (premio Nobel en 1932), resentido al ver como uno de sus pupilos, Harold Urey, obtenía también el premio Nobel en 1934 por el trabajo en el que habían participado los dos y viendo como la mayoría de los químicos que él había formado pasaban a formar parte del proyecto Manhattan, Lewis pasó sus últimos años aislado en su laboratorio y hundido en la nostalgia, escribiendo una melancólica novela sobre un soldado.


En 1946, un estudiante de la universidad de Berkeley encontró el cuerpo sin vida de Gilbert Lewis en su mesa de laboratorio. El médico forense estableció que la causa de su muerte fue un ataque al corazón, Lewis era un fumador empedernido, pero lo cierto es que en el laboratorio se respiraba un ambiente que recordaba a las almendras amargas, un característico olor que delata la presencia de cianuro. Lewis utilizaba el cianuro de hidrógeno en sus investigaciones, pero siempre quedó la duda sobre si en realidad su muerte fue un suicidio. Al parecer ese mismo día Lewis había almorzado con el laureado Irving Langmuir, su rival durante años, convertido ahora en un personaje carismático de gran éxito por su participación en el proyecto Manhattan y que venía a su universidad a recoger un premio. Los testigos de aquel día relatan que Lewis regresó del almuerzo muy malhumorado, jugó al brigde con sus colegas, y se retiró a su laboratorio. Fue la última vez que se vió con vida a uno de los mejores químicos de la historia de la ciencia.


NOTA: Esta entrada participa en la VIII edición del Carnaval de Química que se celebra durante este mes en el blog Caja de Ciencia (Science box)       
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Fuentes:
Wikipedia: Gilbert N. Lewis
Experientia docet. Químicos modernos: Los átomos cúbicos de Lewis
La cuchara menguante. Autor: Sam Kean

Cathedrals of Science: The personalities and rivalries that made modern chemistry. Autor: Patrick Coffey.