Se ha dicho que la astronomía es una experiencia de humildad y construcción de carácter.
-Carl Sagan, Pale Blue Dot-
En la vida hay que aprovechar las oportunidades en su justo momento, porque puede que no se repitan. Y eso fue precisamente lo que hice tras una pequeña conversación que tuve este verano con mi hija, pocos días antes de su quinto cumpleaños:
-Papá, ¿hoy está nublado?
-No, Diana. Está bastante despejado- respondí.
-Entonces... ¿Podemos ver los planetas y las estrellas?
Unos días antes, en una conocida cadena de tiendas de juguetes, Diana se había fijado en una caja que mostraba fotografías de planetas y me llamó emocionada:
-Papá, papá, ¿qué es esto?
-Un telescopio. Sirve para ver mejor los planetas.
-¿Me lo compras?- preguntó con esa mirada brillante que solo los niños son capaces de poner.
No se lo compré en ese momento, necesitaba la opinión de un experto. Y la recomendación llegó del amigo amazer @Darksapiens que me habló de cierto cacharrillo a buen precio (menos de lo que me cuesta llenar el depósito del coche) y de buena calidad.
Hoy he tomado esta foto.
Es posible que este telescopio pase a ser en poco tiempo un juguete olvidado, quizá no vuelva a interesarle a Diana -o a su hermano pequeño, cuando crezca- la observación del cielo estrellado, ni me pregunte más por la Estación Espacial Internacional o por el rugido de los cohetes al despegar. Sí, es bastante probable que sea una moda pasajera para una niña, la vida es así, pero dejadme que disfrute de este momento. No intentaré, porque no es mi estilo, influirles o condicionarles de alguna manera para que se aficionen a la observación astronómica. Para nada. Pero me tendrán ahí y tendrán su primer telescopio.
Puede que esta noche haya nubes en el cielo..., pero hoy no está nublado.