martes, 16 de noviembre de 2010

La influencia de la mitología en la ciencia (1ª Parte): Prometeo


Los mitos clásicos hablan de personajes extraordinarios que han vivido en un mundo que no se corresponde con la realidad que conocemos. Un mundo habitado por dioses, animales increíbles, hombres inmortales, bellas guerreras, gigantes, sirenas, épocas y lugares imposibles.
La mitología ofrece una cosmogonía propia, una interpretación acerca de cómo funciona el universo en un espacio temporal que desafía toda lógica y sentido común. Absurdo, pero tremendamente lírico. Algunos mitos se nos muestran como respuesta a las eternas preguntas sobre el origen de la vida, o nos dicen qué hay tras la muerte o cuál es el sentido último de nuestra existencia. Otros mitos surgen con un carácter etiológico, intentando explicar todo lo que sucede en nuestro mundo terrenal, nos cuentan la causa o el origen de los fenómenos naturales: los eclipses, las estaciones climáticas, los elementos, el fuego, las mareas, los planetas, las estrellas, el universo... Por este motivo, no es de extrañar que la Ciencia haya usado a la mitología –principalmente en la nomenclatura de nuevos descubrimientos- más allá del componente meramente poético; la usa quizá porque en realidad busca lo mismo: Respuestas.
La mitología ha servido de inspiración a pintores, escultores, arquitectos, escritores y en general a todas las Artes. Y también a la Ciencia. Y de eso trata esta nueva serie que inauguro hoy en el blog: “La influencia de la mitología en la ciencia”. Una sección sin muchas pretensiones, salvo la de divertirme, aprender contándolo y recoger vuestros comentarios. No soy un experto en mitología ni siquiera un aficionado a la misma, pero intentaré ser lo más riguroso posible, tanto como lo sea la Wikipedia (hay varias versiones de cada mito, según quién las cuente o la cultura de donde provengan) y un par de libros como referencia, que utilizaré de vez en cuando. La idea de esta serie es la de presentar un personaje mitológico –normalmente de la mitología grecorromana- que haya sido utilizado por la Ciencia en su terminología específica para nombrar algún descubrimiento o fenómeno. En definitiva, dar a conocer el origen de algunos términos científicos con un toque distinto y personal.
 
Escucharemos grandes historias, conoceremos a esos héroes y sus hazañas, admiraremos su creatividad y su genio, contemplaremos su miseria y esplendor, reviviremos su tragedia. Y que cada uno juzgue por sí mismo la interpretación y el mensaje implícito de cada mito, ese mensaje que hizo que alguien un buen día, algún científico inquieto, se fijara en él y bautizara a su criatura en su honor.
Espero que os guste. 

Sin más, comenzamos con un Titán, amigo de los mortales, que robó el fuego a los dioses para dárnoslo a nosotros, los pobres mortales.

Prometeo

Hijo de Jápeto y la ninfa del mar Clímene, Prometeo era un Titán, un poderoso dios. En griego el nombre de Prometeo significa “mirar adelante”, mientras que el de su hermano Epimeteo significa “mirar atrás”. Tras una serie de altercados con Zeus en donde nuestro mítico personaje favoreció a los mortales contrariando al gran dios de dioses y haciendo que prohibiera usar el fuego a los humanos, Prometeo escaló el monte Olimpo y robó el fuego a los dioses. Lo mantuvo ardiendo en un tallo de hinojo mientras descendía hacia el mundo terrenal, entregando a su paso su regalo a todos los hogares con los que se encontraba. Tanta fue la dispersión del fuego en las casas de los mortales, que los dioses se vieron incapaces de sofocar cada uno de ellos. 

Zeus enfureció, pero esta vez no utilizó su rayo para vengarse. Fue más sutil. Ordenó a Hefesto (Vulcano), el dios herrero, que diera vida a una mujer a partir de arcilla, y la llamó Pandora

Zeus infundió vida a Pandora y se la presentó al hermano de Prometeo, Epimeteo. 
Pandora era bellísima e irresistible y Epimeteo sucumbió, se casó con ella, pese a las advertencias de Prometeo, que veía venir la venganza de Zeus. Así, el propio Zeus puso en manos de su hijo Hermes (Mercurio) una caja (o ánfora) cerrada y sellada que debía ser entregada a Epimeteo como regalo de los dioses. Hermes advirtió a Epimeteo que nunca, bajo ninguna circunstancia, abriera la caja. 
Pero Pandora no pudo resistirse y creyendo que la caja contenía maravillosas joyas o algo aún mejor, la abrió pasados unos días. De la caja brotaron todas las enfermedades, dolores, miserias y tragedias para la humanidad. Pandora intentó cerrar la caja, pero sólo consiguió conservar dentro la Esperanza.

La humanidad sufrió el castigo del contenido de la caja de Pandora, y el siguiente objetivo para Zeus fue Prometeo. Además de haber robado el fuego a los dioses, Prometeo era conocedor de la profecía que daría fin al propio Zeus a través de un hijo suyo con una diosa. Y no quiso nunca desvelar el nombre de la diosa en cuestión (Tetis). Prometeo se reiteró en su negativa y Zeus pensó en arrancarle el secreto mediante otros métodos. 

Encadenó a Prometeo a una de las laderas del monte Cáucaso y fue condenado a una cruel y terrible tortura: Una inmensa águila volaba por el día hasta la roca y le arrancaba el hígado a picotazos; por la noche la herida sanaba y al día siguiente la atroz visita del ave volvía a causar un indescriptible dolor a Prometeo. 
Tras varias generaciones de sufrimiento, Heracles (Hércules) llegó al monte Cáucaso y abatió al águila con su arco y flechas. Prometeo quedó libre.

El Prometio, una luna de Saturno y la hija de un animal muy extraño.

A finales de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, los químicos Jacob Marinsky y Glendenin Larry, bajo la dirección de Charles Coryell, aislaron un nuevo elemento químico de nº atómico 61, mediante la fisión de uranio.

Unos años después y terminada la guerra, en 1948, y cuando ya estaban trabajando en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, propusieron el nombre de Prometio para este nuevo elemento. La idea fue de Grace Mary, esposa de Coryell. El nombre fue aceptado por la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC) en 1949. No es de extrañar la elección de ese nombre en una época en donde la energía atómica se vislumbraba como el nuevo fuego robado a los dioses. 








Prometeo es también el nombre de un satélite del planeta Saturno, descubierto en 1980 por la sonda espacial Voyager I (una sonda bastante conocida para los seguidores de este blog). Orbita alrededor del planeta de los anillos a una distancia de unos 140.000 kilómetros y tiene 86 kilómetros de envergadura en su punto más ancho. La luna Prometeo está muy próxima y es muy similar a otro satélite llamado Pandora. Si recordamos otros satélites de este planeta, seguro que nos sonarán bastante. ;-) Más información aquí.




Y también existe una larva que se denomina larva Prometeo, hija de una extraña criatura llamada, qué casualidad, Symbion pandora. Con casi medio milímetro de longitud y forma de botellita, fue descubierta por biólogos daneses en 1995. Tenemos una magnífica información sobre este peculiar animalillo aquí.
  


Más información:
Wikipedia
Libro: Mitología. Todos los mitos y leyendas del mundo. Ed. Círculo de lectores. ISBN:84-672-1262-4.

Imágenes:

http://danielmarin.blogspot.com/2010/07/la-construccion-de-los-anillos-de.html
http://copepodo.files.wordpress.com/2010/04/symbion3.jpg

17 comentarios:

  1. ¡Muy buena señor Dani! ¡Muy poetico y cientifico a la vez, gracias!

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  2. me gusta la mitología y me gusta aún más que decidas embarcarte en un ciclo acerca de mitología. Lo que quería puntualizarte es lo siguiente: Cuando dices que Prometeo sabía acerca de la profecía que le indicaba qué diosa daría un hijo que lo derrocaría del trono de los dioses...
    1- ¿Te refieres a Tetis la ninfa, madre de Aquiles, o a Tetis esposa de Océano?

    2-Yo leí un libro de Negrete (no es la mejor fuente, pero estudió filología clásica y parece que sabe del tema) en el cual se le atribuía ese papel a Atenea. No he encontrado nada al respecto cuando lo he buscado, simplemente te lo comento por si te interesa. Yo le preguntaré a mi profesor de mitología griega :-D

    Un saludo

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  3. Me ha encantado leer toda la historia de Prometeo, y sus variantes. Casualmente lo menciono de pasada en mi última entrada. ¡Un saludo!

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  4. @Yunni: gracias por tus palabras

    @DartaJuan: Bienvenido y me alegro de que te guste mi inciativa.

    Respecto a lo que comentas, la Tetis que refiere el libro que he usado como fuente y menciono en el post, es la diosa Tetis, ninfa y como bien dices, madre de Aquiles

    http://es.wikipedia.org/wiki/Tetis_(nereida)

    De todas formas, haz la pregunta a los que saben y nos lo cuentas por aquí ;-)

    Muchas gracias por tu aportación.

    @José R: Muchas gracias, un placer

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  5. Los nombres mitológicos tienen mucho glamour, y como hay tantísimos para elegir, se le puede dar caña a los satélites del sistema solar sin problema. Me parece muy buena idea la que propones, sobre todo si los nombres se usan en distintas disciplinas, como es el caso.

    A la luna de Saturno la conocía, pero el Prometio, ni idea, que por algo se las llamaba "Tierras raras".

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  6. Brutal prólogo, me parece requeteinteresante tu propuesta, la mitología siempre gusta, tiene esos aires épicos, por encima de las religiones, esas historias tan trágicas, salvajes a veces y si además nos lo adornas con las similitudes de sus nombres con otros fenómenos, objetos y descubrimientos, pues va a ser la bomba!

    Para empezar con prometeo.... pues la cosa promete!!!!

    Saludos.

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  7. @Copépodo y Alejandro: Gracias, intentaré no defraudar.

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  8. Genial idea la de esta serie Dani, creo que no va a defraudar a nadie :-)

    Además, este tipo de nombres mitológicos se encuentran prácticamente en cualquier rama de la ciencia: Química, física... y, sobre todo, en astronomía hay un montón.

    En este artículo me ha interesado especialmente la decisión de la IUPAC respecto a al Prometio (por aquello de "No es de extrañar la elección de ese nombre en una época en donde la energía atómica se vislumbraba como el nuevo fuego robado a los dioses")

    Mucha suerte con esta nueva serie Dani, me encanta la idea.

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  9. Gracias por tus palabras, y por sacar tiempo para pasar por aquí antes del fin de semana :-)

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  10. Qué ilusión esta serie, une dos de mis mayores gustos, la mitología y la ciencia :).

    Saludoss.

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  11. Alive, espero que te guste.

    Saludos

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  12. Muy interesante el artículo...
    Realmente la crueldad de los dioses (griegos) asombra...

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  13. Muy bueno el post. Me ha encantado! Y adelante, que esperaremos cada día uno nuevo!

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  14. Gran post, enhorabuena!
    Comentarte que también se denominó “Prometeo” (WPN-114) al árbol más antiguo conocido, de cerca de 5.000 años de edad, un Pinus Longaeva, ahora ya talado

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