Acabo de leerlo en Experientia docet y no puedo acostarme esta noche sin comentarlo. Los habituales de este blog personal se habrán dado cuenta muchas veces de mi interés con todo lo relacionado con la disciplina de la Psicología Positiva. Basta con darse una vuelta por aquí o leer las primeras entradas de este blog. Me refiero a la Psicología Positiva como la disciplina que busca comprender, a través de la investigación científica, los procesos que subyacen a las cualidades y emociones positivas del ser humano. Que nadie se confunda con otras chorradas varias, estilo autoayuda y esas cosas que tan poco me gustan. Dejo esto claro, por adelantarme a posibles malinterpretaciones.
Vamos a lo importante: Según un estudio publicado en la revista Psychoneuroendocrinology, por el equipo encabezado por Tonya Jacobs (UCLA en Davis) y que incluye a la premio Nobel Elizabeth Blackburn (UCLA en San Francisco), el aumento de percepción de control y disminución de la afectividad negativa (a través de la meditación) contribuye a un aumento de la actividad de la telomerasa, con implicaciones para la longitud de los telómeros y la longevidad de las células inmunes. De verdad, merece la pena leer la reseña del artículo original y sobre todo, lo que dice César de Experientia docet como conclusión y que me permito reproducir aquí:
"Creo que es conveniente recalcar que el mensaje con el que hay que quedarse de este estudio no es que la meditación incremente directamente la actividad de la telomerasa y, por lo tanto, la salud de una persona y su longevidad. Más bien, que la meditación podría mejorar el bienestar psicológico de una persona y estos cambios son los que están relacionados con la actividad de la telomerasa en las células inmunitarias, lo que tiene el potencial de promover la longevidad en esas células. Por tanto, las actividades que incrementan la sensación personal de bienestar podrían tener un efecto importante en uno de los aspectos más fundamentales de nuestra fisiología."
Como dicen los propios autores del estudio en sus conclusiones: "Este estudio es el primero en relacionar la meditación y el cambio psicológico positivo con la actividad de la telomerasa". Espero que no sea el último y se avance en este campo de investigación tan prometedor.
Y finalmente, pese a terminar recordando esa gran verdad que dice que "la correlación no implica una causalidad" como comenta tan acertadamente Copépodo en el post de César (y que tan bien clarito nos lo explicó en su día Gary Marcus, en su libro Kluge) creo que se han repartido todas las piezas del puzzle para encajarlas en una reflexión personal sobre estos asuntillos del bienestar psicológico y la salud...o tal vez, mejor que una reflexión, merezca una meditación ;-)
Referencias:
Imagen:
Ciertamente, la ciencia ha dado palabras a la conocida frase de "Mente sana, cuerpo sano", jaja!
ResponderEliminarSiento decirle señor Dani que a mi no me gusta la meditación. Sin embargo me toca reconocer esto: "La meditación podría mejorar el bienestar psicológico de una persona y estos cambios son los que están relacionados con la actividad de la telomerasa en las células inmunitarias, lo que tiene el potencial de promover la longevidad en esas células". esta me la haz ganado ¡Ja ja ja!
ResponderEliminarUnas risas con los colegas si que le dan vidilla a la telomerasa.
ResponderEliminarPor mas que podamos seguir luchando para llegar al fin ultimo de los abismos que la ciencia aun nos presentará, no nos queda mas que admitir que uno de los mas profundos y oscuros se escode en nuestro interior y que aun tardaremos mas de lo que nadie pueda pensar en poder llegar a vislumbrar el fin.
ResponderEliminarUn saludo y continua con este trabajo.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Os deseo un aumento de vuestra actividad de telomerasa.
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