La respuesta está en el mercurio (Hg).
La industria artesana de fabricación de sombreros, desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX, utilizaba nitrato de mercurio para tratar el pelo de conejo con el que estaban hechos los sombreros y mejorar el aspecto y la suavidad del fieltro resultante.
El nitrato de mercurio se obtenía disolviendo óxido de mercurio en ácido nítrico, y era en el proceso de secado del fieltro donde se generaban los vapores tóxicos.
La exposición crónica a los vapores mercuriales se producía en un entorno de talleres mal ventilados y sin ninguna medida de prevención. Esto anterior, unido a que el 80% de los vapores de mercurio inhalado se absorben a nivel del alveolo pulmonar, era la causa de la alta incidencia de hidrargirismo, cuya manifestación crónica tiene una sintomatología que puede llamarse “locura” (hiperactividad, desequilibrio emocional, insomnio y otros trastornos psiquiátricos debidos a la acumulación de serotonina, ya que el mercurio inhibe la MAO)
La elevada toxicidad del mercurio se debe a su gran capacidad de reacción con los grupos (–SH), de hecho el propio término mercaptano proviene del latin mercurius captans, que significa “capturado por mercurio”. Los grupos (–SH) están presentes en las proteínas de nuestro organismo y de este modo el mercurio se fija a las membranas e inactiva múltiples enzimas.
Por tanto, en la época en que Lewis Carroll escribió su inmortal obra “Alicia en el País de las Maravillas “ la asociación de los síntomas del hidrargirismo con la profesión de sombrerero era constante y una realidad cotidiana.
Todos hemos escuchado lo del “Sombrerero loco” por aquí y por allá, en el cine (la última versión de Tim Burton, por ejemplo), en la televisión, tertulias, prensa, etc …
¿Alguien ha leído el libro?...
Pues en el libro aparece el personaje de “El Sombrerero”. A secas. Y es cierto que el Gato de Cheshire se refiere a él como que está loco debido a su comportamiento excéntrico, pero lo del “Sombrerero Loco” como tal no se menciona ni en “Alicia en el País de las Maravillas” ni en “Alicia a Través del Espejo”.
Quizá no estuviera tan loco y se protegiera frente a los vapores de mercurio debidamente. ¿Quién sabe?
Más información:
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1550196/pdf/bmjcred00586-0061.pdf
Imprescindible:
“Alicia anotada”. Martin Gardner. ISBN 978-84-7339-694-3
NOTA FINAL: Con esta entrada inauguro una nueva sección en este blog. Curiosidades toxicológicas, que para ser original he simplificado bautizando la etiqueta como "Curio-Tox". No pretende ser un ladrillo de la toxicología, sino pequeños artículos relacionando agentes tóxicos o formas de intoxicación con aspectos de la literatura, música, cine, personajes, ...
Procuraré no abusar de fórmulas químicas o de términos específicos, pero bueno, lo que no se sepa a la wikipedia. Hay materia para un largo rato... que espero que sea además, divertido y ameno.
Así que esta era la serie, ¡tiene una pinta genial! Como primera impresión, este artículo me ha parecido bastante original y entretenido, a la vez que completo.
ResponderEliminarPor aquí, en la Mancha, tenemos una de las mayores reservas de mercurio de todo el mundo, en las minas de Almadén. Ahora están abiertas al público. Yo he tenido la enorme suerte de bajar 50 metros en la mina y ver cómo se extraía el mineral del mercurio (el cinabrio), es increíble. Antes tenían un importante comercio con este mineral, pero precisamente su altísima toxicidad es la que lo ha echado del mercado. Al inhalar vapores de mercurio y polvo de sílice, la mayoría de los mineros acaban enfermos, con parálisis, temblores... En fin, que se puede considerar un elemento tóxico de verdad. Los sombrereros no eran los únicos a los que el mercurio les hacía enfermar, los mineros tenían más de lo mismo.
Recomiendo la visita a la mina de mercurio a todos los que les pille cerca, tiene cosas impresionantes (por ejemplo, ves el estrecho pasillo por el que entraban los mineros, no apto para los claustrofóbicos).
Y por cierto, todavía no he visto la peli de Tim Burton, pero seguro que Johnny Depp hace bastante bien su papel de loco (me encanta Johnny Depp, es uno de mis actores favoritos :) ).
De nuevo, me ha encantado la fusión que has hecho con una explicación científica y una aplicación en la literatura (o el mundo real, depende de cómo se mire).
Me alegro mucho que te haya gustado :-)
ResponderEliminarHombre, las minas de Almadén son míticas. De hecho, la primera descripción de los efectos del mercurio parece que fue realizada por Plinio el viejo refiriéndose a las gentes de Almadén.
No sabía que se podían visitar. Ya verá cuando y cómo pero no me lo perderé...
Muchas gracias por tus comentarios, sé que son sinceros. Comentarios como los tuyos son los que animan a mantener vivo el blog.
hola soy jacinto, vivo en la comarca de almaden, y os puedo asegurar que se pueden visitar las minas y el parque minero, le han concedido el titulo de patrimonio de la unesco, gracias
EliminarGracias por la información, Jacinto :)
Eliminarhooya entendimi vida tiene sentidob
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog. Lo estoy leyendo desde el inicio, y en este punto me he decidido a comentar esta entrada. Ignoro como habrá evolucionado la sección "curio-tox",pero en esta primera entrega me hubiera gustado que se mencionara, también, nuestra exposición al "tóxico de turno". En este caso, mediante el pescado. Sin alarmismos. Al menos yo, no tengo muy claro la relación pros y contras. Me parecía una buena oportunidad para mencionarlo.
Por otra parte, me alegra ver, en el archivo del blog, que sigue activo. Que sea por muchos años.
Un saludo.
Muchas gracias, Rafael. Sí, hubiera sido una buena oportunidad para hablar del mercurio en el pescado. No lo descarto :)
EliminarGracias por comentar.
Saludos
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