"Al principio, creyó que se trataba de una ola inmensa. Después comprobó que el cielo y el océano podían verse a través de ella, y se dio cuenta de que era una cortina de rocío que se precipitaba sobre la embarcación.
Estaba tomando el sol encima de la cabina. Fue una verdadera coincidencia que se incorporara sobre el codo y la viera acercarse.
—¡Marty! —gritó.
No recibió contestación. Corrió por la ardiente madera y se dejó caer en el puente.
—¡Eh, Marty!
El rocío no parecía amenazador, pero por alguna razón quería esquivarlo. Dio la vuelta a la cámara sin dejar de correr, sintiendo los calientes tablones de la cubierta bajo sus pies. Sería una carrera.
Y la perdió. En un momento estaba a pleno sol y el cálido y reluciente rocío le empapaba por completo.
Después pasó de largo. Él se quedó observando cómo se deslizaba por el agua, cubierto por sus brillantes gotas. De repente se sobresaltó y bajó la vista. Sentía un curioso hormigueo en la piel.
Cogió una toalla y se secó. Era una sensación parecida al agradable hormigueo causado por una loción en unas mejillas recién afeitadas. Cuando acabó de secarse, la sensación casi había desaparecido. Fue abajo y despertó a su hermano, al que habló de la cortina de rocío que había azotado la embarcación.
Fue el principio."
Así comienza el genial libro de Richard Matheson titulado "El hombre menguante (The shrinking man)". El relato se adaptó al cine de serie B en 1957 alargando un poco el título: "El increíble hombre menguante".
Matheson es uno de los mejores autores de ciencia ficción de los últimos años, que es como decir que es uno de los mejores autores de la historia. Realmente es más conocido por sus obras adaptadas también al cine como "Soy Leyenda (I am legend)" o "La casa infernal (Hell house)" y como autor de los guiones adaptados a la pantalla grande de "La caída de la casa Usher", "El pozo y el péndulo" y "El cuervo", dirigidas todas ellas por Roger Corman, y de "El diablo sobre ruedas", la primera película de Steven Spielberg.
Pero este libro (incluso la peli del 57) tiene algo distinto, algo que estremece de verdad, es quizá uno de los relatos más terroríficos que he leído, y hablo de terror existencial, por supuesto. El único terror que estremece.
Es de obligada lectura. El final es apoteósico (un poco desvirtuado en la película, la verdad) pero tremendamente desolador en el libro.
No cuento nada más, solamente termino esta entrada con la siguiente escena del protagonista en un momento vital de su "particular" lucha cotidiana:
"Sí, seguía luchando para conseguir comida y agua, pero ¿no era eso inevitable si quería seguir viviendo?. Lo que él quería saber era esto: ¿era una persona; era un individuo? ¿Tenía alguna importancia? ¿Acaso sobrevivir era suficiente? No lo sabía. Se durmió, acurrucado y tembloroso, ocupando el mismo espacio que una perla, y no pudo contestar a sus preguntas."
Ni que decir tiene que las adaptaciones que se han hecho al cine de "Soy Leyenda" son una basura. El libro es otra cosa, quizá no tan turbador como "El hombre menguante" pero para mí su mejor obra...creo que hay que leer antes "Soy Leyenda"...y olvidar las películas (sobre todo la última).
ResponderEliminarBien, es una suerte que no haya visto la película, así podré disfrutar mejor del libro y luego echarle un vistazo a la adaptación audiovisual.
ResponderEliminarSegún veo, la película tuvo que tener su influencia. Estaba buscando el libro en Fnac para pedírmelo, pero no aparece como "El hombre menguante", sino como "El increíble hombre menguante". Estoy seguro que no es la película (segurísimo), sino el libro, pero aparece con el título de la peli.
En fin, lo leeré, me ha gustado el argumento (que por cierto, me ha recordado un poco al estilo de "La metamorfosis", de Kafka).
El título original es "El hombre menguante" pero la editorial es lista y le pone el nombre de la peli, como también pasó con "Blade Runner" donde el libro era "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?" pero lo encontramos en varias ediciones como la peli. Y pasó con tantos otros...
ResponderEliminarLey el Hombre menguante hace mucho tiempo y esta entrada tuya me ha hecho recordarlo. La verdad es que a mi el final me encantó: es apoteosico si, pero mas que desolador yo lo encontre esperanzador, nuse :p
ResponderEliminarSoy Leyenda me gusto aun mas, creo que es uno de los mejores libros que he leido. Y los niñatos de hoy dia se creen que han descubierto ellos las historias de vampiros...en fins.
Saludos!
Ayer mismo leía un delicioso ensayo de Asimov (Contracción increíble) en el que cuenta como afrontó teóricamente la reducción del submarino y sus ocupantes en su novela "Viaje Fantástico" (escrita por encargo a partir de la película del mismo título). Allí, entre otras, alude a "El hombre increíblemente contraído" (?) de Matheson (fallecido el año pasado, por cierto) como ejemplo de lo que denomina ficción científica de "contracción", la cual, según él, "se funda en varias suposiciones indefinidas, como la de que puede ignorarse la ley de conservación de la energía y la de que los átomos no existen". En fin, las típicas pequeñeces... ;)
ResponderEliminarUn saludo, y enhorabuena por el blog.
Pues no conocía esa historia.
EliminarGracias, Fran. Un placer.