PS.- Como los subtítulos en español están un poco desfasados, os dejo la transcripción completa de la charla:
Quiero compartir algunas observaciones de un libro que estoy escribiendo llamado «Cartas a un joven científico». Me pareció apropiado presentarlo porque tengo una amplia experiencia en la enseñanza y en el asesoramiento a científicos en varios campos. Tal vez les gustaría escuchar algunos de los principios que he desarrollado para enseñar y asesorar.
Permítanme comenzar pidiéndoles, en particular a los más jóvenes, que lleguen lo más lejos posible en este camino que han elegido. El mundo los necesita con urgencia. La humanidad está de lleno en la era tecnocientífica. No hay vuelta atrás.
Aunque varía entre disciplinas; digamos la astrofísica, la genética molecular, la inmunología, la microbiología, la salud pública, hasta la nueva era en la que el cuerpo humano es simbionte, con la salud pública con la ciencia ambiental. El conocimiento de la ciencia médica y la ciencia en general se duplica cada 15 o 20 años. La tecnología aumenta a un ritmo comparable. Ambas disciplinas ya impregnan, como la mayoría de ustedes saben, cada dimensión de la vida humana.
Tan rápida es la velocidad de la revolución tecnocientífica, tan asombrosos son sus vericuetos, que nadie puede predecir el resultado que tendrán dentro de una década.
Llegará un momento, por supuesto, en el que el crecimiento exponencial del descubrimiento y del conocimiento que comenzó en el siglo XVII, alcanzará un máximo y se estabilizará, pero eso no los va a afectar. La revolución continuará por lo menos durante varias décadas. Llevará a la condición humana a un punto totalmente diferente al actual.Las áreas de estudio tradicionales continuarán creciendo y, al hacerlo, se crearán inevitablemente nuevas disciplinas.
Con el tiempo todas las ciencias serán una continua descripción, una explicación de redes, principios y leyes. Por eso no es suficiente prepararse en una sola disciplina, sino también adquirir conocimientos en otros campos relacionados o incluso diferentes a su opción inicial.
Miren hacia adelante y a su alrededor. La búsqueda del conocimiento está en nuestros genes. Fue heredada de nuestros antepasados que se diseminaron por el mundo, y nunca será saciada. Para comprenderla y usarla sanamente, como parte de la civilización aún por evolucionar, se requiere un mayor número de personas con una formación científica, como Uds., en educación, medicina, derecho, diplomacia, gobierno, negocios y medios de comunicación actuales.Nuestros líderes políticos necesitan al menos un modesto grado de conocimiento científicodel que carecen hoy en día. Sin aplausos, por favor. Sería mejor para todos si se prepararan antes de asumir el cargo en lugar de aprender sobre la marcha. Por lo tanto, es recomendable que estén listos, sin importar lo lejos que puedan llegar en el laboratorio,para servir como educadores durante toda su carrera.
Ahora procederé rápidamente, y antes que nada, a un tema que puede ser un atributo vital y a la vez un posible obstáculo para una carrera científica. Si no son muy hábiles en matemáticas, no se preocupen. Muchos de los científicos más exitosos activos hoy en día son matemáticamente semianalfabetas.
Aquí sirve una metáfora: Si la élite de matemáticos, estadísticos y teóricos suelen servir de arquitectos al creciente campo de la ciencia, la gran mayoría restante de estudiosos de ciencias básicas o aplicadas, incluyendo una gran parte de aquellos que podrían considerarse de primer rango, son los que trazan el terreno, exploran fronteras, forman los caminos y edifican a su paso.
Algunos me consideran temerario, pero es mi costumbre dejar de lado el temor a las matemáticas cuando charlo con candidatos a científicos. Durante 41 años de enseñar biología en Harvard, observé con tristeza a estudiantes brillantes dar la espalda a la posibilidad de una carrera científica o incluso a tomar cursos de ciencia no obligatorios porque temían fracasar. Esta fobia a las matemáticas priva a la ciencia y a la medicina de una enorme cantidad de talentos absolutamente necesarios.
Aquí hay algunos consejos para aliviar la ansiedad, si es que la tienen: Consideren que las matemáticas son un idioma como cualquier otro idioma verbal, un idioma que tiene su propia gramática y sistema lógico. Cualquier persona con una inteligencia media que aprende a leer y escribir las matemáticas a un nivel elemental, como en los lenguajes verbales, tendrá poca dificultad para comprender las reglas más básicas si decide dominar el lenguaje matemático de muchas disciplinas científicas.
Mientras más se tarden en adquirir al menos un nivel básico, más difícil será dominar el lenguaje matemático, así como con cualquier lenguaje verbal, pero se puede hacer a cualquier edad. Hablo como una autoridad en la materia, porque soy un caso extremo. No estudié álgebra hasta mi primer año en la Universidad de Alabama. Antes de eso no se enseñaba.
Comencé a estudiar cálculo a los 32 años cuando ya era profesor titular en Harvard, donde no me sentía a gusto en clase con estudiantes de poco más de la mitad de mi edad. Un par de ellos eran mis alumnos en un curso que daba sobre biología evolutiva. Me tragué mi orgullo y aprendí cálculo.
Descubrí que en la ciencia y en todas sus aplicaciones, lo importante no es la habilidad técnica, sino la imaginación en todas sus aplicaciones. La habilidad de formar conceptos con imágenes de entidades y procesos ilustrados por intuición. Descubrí que los avances en ciencia pocas veces surgen de la capacidad de estar frente a un pizarrón y conjurar imágenes a partir de proposiciones y ecuaciones matemáticas por desarrollar. Son el resultado de la imaginación que conduce a un trabajo duro, donde el razonamiento matemático puede ser relevante, o no. Las ideas surgen cuando se estudia una parte del mundo real o imaginario en sí mismo.Es fundamental un conocimiento minucioso y bien organizado de todo lo que se sabe acerca de las entidades competentes y procesos involucrados en el dominio que se propone abordar. Cuando se descubre algo nuevo, es lógico que uno de los pasos a seguir sea encontrar los métodos matemáticos y estadísticos para llevar a cabo su análisis. Si este paso es muy difícil para la persona o para el equipo que hizo el descubrimiento, es posible incorporar un matemático como colaborador.
Consideren el siguiente principio, que modestamente llamaré, el Primer Principio de Wilson: Es más fácil para los científicos, incluidos los investigadores médicos, requerir colaboración en matemáticas y estadística, que para los matemáticos y estadísticos encontrar científicos capaces de usar sus ecuaciones. En la elección de la dirección a tomar en la ciencia, es importante encontrar un tema de su competencia que suscite profundo interés, y enfocarse en él.Tengan en cuenta, entonces, el Segundo Principio de Wilson: Por cada científico, ya sea investigador, técnico, maestro, administrador o empresario, que trabaja a cualquier nivel de competencia matemática, hay una disciplina en ciencia o medicina en la que este nivel es suficiente para alcanzar la excelencia.
Ahora les propongo brevemente otros principios que serán útiles para organizar su educación y su carrera, o si enseñan, para mejorar las técnicas de enseñanza y orientación de los jóvenes científicos. Al elegir un tema para una investigación original, o para desarrollar experiencia de clase mundial, elijan disciplinas poco estudiadas. Determinen la oportunidad por el reducido número de estudiantes e investigadores disponibles.
No se trata de restar importancia a la necesidad esencial de una amplia formación o el valor del autoaprendizaje en la actual búsqueda de programas de alta calidad. Es importante también tener mentores mayores dentro de estos programas exitosos, y tener amigos y colegas de la misma edad para apoyarse mutuamente. Pero además, busquen la manera de surgir, quizás en un campo o un tema que aún no sea popular.
Esto ya fue demostrado en las charlas anteriores. Es ahí donde se pueden hacer progresos más rápidos, como muestra el número de descubrimientos por investigador en un año.Posiblemente hayan escuchado el lema militar para reunir a las tropas: «Marchen hacia el sonido de las armas». En la ciencia, es todo lo contrario: «Aléjense del sonido de las armas».
Así, el Tercer Principio de Wilson: «Aléjense del sonido de las armas». Observen desde la distancia, pero no se unan a la refriega. Hagan su propia refriega. Una vez que hayan elegido una especialización y la profesión que aman, y se hayan asegurado una oportunidad, su posibilidad de éxito será mucho mayor si estudian suficiente para hacerse expertos.
Existen miles de temas profesionalmente delimitados repartidos entre la física y la química,la biología y la medicina. Y también dentro de las ciencias sociales, donde es posible adquirir en poco tiempo la condición de autoridad. Cuando el tema es aún poco estudiado,la disciplina y el trabajo duro les permitirá convertirse en la autoridad mundial.
El mundo necesita de este tipo de conocimiento y recompensa a las personas dispuestas a adquirirlo. La información existente y la que irán descubriendo, al principio podría parecerles escasa y difícil de conectar con otros campos de conocimiento. Si ese es el caso, bueno. ¿Por qué difícil en lugar de fácil?
La respuesta merece llamarse Principio Número Cuatro. Para lograr descubrimientos científicos, cada problema es una oportunidad, y cuanto más difícil el problema, mayor será la importancia de su solución.
Esto me lleva a una clasificación básica del modo en que se hacen descubrimientos científicos. Los científicos, matemáticos puros entre ellos, siguen uno de dos caminos: El primero, mediante los descubrimientos anteriores; se identifica un problema y se busca una solución. El problema puede ser relativamente pequeño; por ejemplo, ¿en qué parte de un crucero comenzó a diseminarse el norovirus? O más grande, ¿cuál es el papel de la materia oscura en la expansión del universo? Mientras se encuentra la respuesta, generalmente se descubren otros fenómenos y surgen otras preguntas.
La primera estrategia es como un cazador que, explorando un bosque en busca de una presa en particular, encuentra otras en el camino. La segunda estrategia de investigación consiste en estudiar ampliamente un tema buscando fenómenos desconocidos o patrones de fenómenos conocidos como un cazador en lo que llamamos «el trance del naturalista»,que tiene la mente abierta a cualquier cosa interesante y a cualquier presa valiosa. La investigación no busca la solución del problema, sino problemas mismos que merecen una solución.
Ambas estrategias de investigación, de investigación original, pueden enunciarse como sigue, en el principio final que les voy a proponer: Por cada problema en una determinada disciplina de la ciencia existe una especie o entidad o fenómeno ideal para su solución. Y viceversa; por cada especie o entidad o fenómeno existen problemas importantes para la solución de los cuales, dichos objetos particulares de investigación son ideales. Descubran cuáles son. Encontrarán su propio modo de descubrir, de aprender y de enseñar.
Las próximas décadas traerán enormes avances en la prevención de enfermedades, la salud general y la calidad de vida. Toda la humanidad depende del conocimiento y práctica de la medicina y la ciencia que ustedes dominarán. Han elegido un llamado que vendrá por etapas para darles al final la satisfacción de una vida bien vivida. Gracias por haberme recibido esta noche.¡Ah! gracias. Muchas gracias. Un saludo.
Me comentan algunos lectores que los subítulos están bien. Sería un problema mío. Sorry
ResponderEliminarSalud!