miércoles, 11 de mayo de 2011

“En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca”



Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

- Enséñemelo –me dice usted.
      Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.
- ¿Dónde está el dragón? –me pregunta.
- Oh, está aquí –contesto yo moviendo la mano vagamente-. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.
Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.
-  Buena idea –replico-, pero este dragón flota en el aire.
Entonces propone usar un detector infrarrojo para detectar el fuego invisible.
- Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.
Se puede pintar con aerosol el dragón para hacerlo visible.
- Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.
Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.

      Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente?. Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento concebible válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe?. Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluto a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo le he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

      Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no puede aplicarse ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio?. A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.

      Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo para ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo... simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de “no demostrado”.

      Imaginemos que las cosas hubieran ido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura del aerosol revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que pueda ser en cuanto a la existencia de dragones –por no hablar de seres invisibles- ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.

      Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunas que está seguro de que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes... pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos sobre lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizá todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos...

     Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas “pruebas”, por muy importantes que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes. Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.

                                                                       -Carl Sagan, El mundo y sus demonios-

7 comentarios:

  1. A alguien le recuerda a la idea de las religiones?

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  2. "para los que no creen en el dragón invisible.¿que explicación le dan a la mecánica cuántica en esta rama de la física cuántica todo es sobrenatural. como por ejm las puertas dimensionales o la teletransportacion de la las partículas atómicas o la no unica ubicación de los electrones en un mismo sitio .eso significa que todos nosotros al estar hechos de particulas tenemos otros "yo" en otras dimensiones a estas ,.busquen la teoria del gato de schrodinger o la superfuerza que une las 4 fundamentales de la naturaleza, como la gravedad. la fuerza electromagneticay las fuerzas nucleares fuertes y débil de donde diganme ustedes no creyentes en el dragón invisible viene esa fuerza omnipotente y omnipresente ese es dragón invisible creador de todo el universo.!! entonces no me digan que el dragón volador no existe por favor piensen l LA MENTE CREADORRA DE LA MATERIA UNIVERSAL PORQUE LA FUENTE DE GLUONES ESPINES Y QUARKS, EL DRAGÓN INVISIBLE, NOS AMA DESDE LO MAS ALTO..!!"

    Esta brillante argumentación nos owneo en Facebook a los ateos del dragón invisible (innecesario decir que en el original no era el dragón invisible, sino Dios). ¡Ja ja ja!

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    1. Por que hay evidencia física de cada uno de los fenómenos que mencionas... por eso cada una de esas teorías científicas está basada en algo y no en una paja mental.

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  3. Pues os juro que desde que no bebo veo elefantes rosas. No entiendo por qué no iba a haber dragones en el garaje...Menudos escépticos.

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  4. Los dragones son criaturas muy tímidas, no se manifiestan ante los escépticos, lo que nunca he entendido porque no van a las cuevas en vez de los garajes??? Es que... Yo tengo una cria de Dragón en el armario, pero parece que quiere volar del nido. ;)

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  5. Esta bueno eso de dejar abierto el final con el "veredicto escocés de “no demostrado”" , es sano, ya que el hecho de que algo no se pueda probar al nivel actual de la ciencia, no implica que en el futuro eso se siga sin poder probar, un gran acierto de Carl Sagan, la verdadera forma de pensar de un científico.

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  6. Aquí hay un truco muy hábil de Carl Sagan. Critica la fe en Dios por su imposibilidad de demostrarse, pero eso no viene al caso porque la fe en Dios y cualquier otro preconcepto (como el ateísmo) son indemostrables per se.

    Este es el mayor golpe del truco de Carl Sagan: No presenta a Dios y su cosmovisión, sino sólo un relato y de esa forma uno cree que la fe en Dios sólo consiste en un relato cuando la fe en Dios abarca una cosmovisión. Es decir, da una explicación a nuestro origen, a nuestro propósito, al problema del bien y del mal, al fin de todas las cosas, etc.

    El dragón de Sagan está completamente aislado de la realidad, no presenta una visión del mundo ni trata de entenderlo. Hasta donde va la historia, no hay explicación alguna acerca de quiénes somos, qué propósito tenemos ni adónde vamos. Nada.

    Hay historias que reflejan cosmovisiones (los existencialistas franceses hicieron algunas historias extraordinarias que reflejaban su cosmovisión, por ejemplo), pero esas historias siempre involucran una explicación de la realidad que abarca lo material y lo inmaterial (aunque esa explicación sea que lo inmaterial no existe). La historia del dragón pretende ser una parábola acerca de Dios, pero no lo representa fielmente al ignorar que ese "dragón" es capaz de comunicarse con Carl y proponerle una ley moral y un propósito.

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